Con este lema, el consorcio formado por las organizaciones Proclade Yanapay, Setem Navarra y Pueblos Hermanos quieren acercar el chocolate de Comercio Justo a la ciudadanía navarra.

Por quinto año consecutivo, se centran en la sensibilización sobre el cacao y su producción. Como recoge el informe “Hacia la sostenibilidad de las cadenas de suministro de cacao: opciones de regulación para la UE “, tratan de visibilizar la situación de las más de 5 millones de personas que viven del cultivo del árbol Theobroma Cacao en áreas rurales . Se calcula que más de 50 millones de personas tienen el cacao como principal medio de sustento, y a pesar de trabajar, viven en la pobreza, sobreviviendo con 0,78€ al día (datos sobre Costal de Marfil, principal productor de cacao con ⅔ del valor mundial)

La tendencia a que los productores reciban cada vez menos dinero del precio final del producto, es una de las razones. Mientras que en los años 70 percibían el 50% del valor final, en los años 80 era el 16% y actualmente no llegan al 7% del precio final de la tableta de chocolate.  La inestabilidad y volatilidad en el precio del cacao es otra causa. En momentos de sobrexplotación, el valor del cacao cae y esa bajada recae principalmente en las pequeñas plantaciones.

El modelo de producción más extendido, tiene otras características, que no se pueden obviar. La demanda de cacao crece año tras año y una respuesta rápida a ese incremento, puede ser aumentar los terrenos de producción. En lugar de invertir en mejorar la producción de las áreas donde ya se trabaja con el cacao, deforestar y plantar el árbol del cacao a mayor escala resulta ser una estrategia de solución rápida. Esta medida se entiende desde la vulnerabilidad, la pobreza, la inestabilidad en los acuerdos, en los precios… Aunque si se mira con perspectiva, la deforestación repercute en la disminución de árboles, de las precipitaciones, en la fertilidad, en el aumento en la erosión de los terrenos y la disminución de la cosecha a largo plazo.

Los menores no se salvan de este modelo de producción . El trabajo infantil vulnera los derechos de protección en la infancia. Tareas peligrosas, manipulación de pesos elevados, uso de machetes, manejo de productos químicos, más horas de las dedicadas por la población adulta, y en ocasiones en situación de trata…, son los riesgos a los que se exponen. Aunque existan protocolos frente a la explotación desde el 2001, es difícil evitarla.

Ante este panorama, la solución no es fácil ni sencilla.

Desde el consorcio se entiende, que la solución no puede recaer únicamente en los países de producción del cacao. Países que ya sufren otros retos: inestabilidad política, cambio climático, enfermedades como el dengue en Bolivia o el Covid a nivel mundial o en algunos de ellos, guerras. Europa, como principal consumidor-importador de cacao, con ⅔ del consumo mundial, también puede incidir en la solución, mediante regulación y legislación en el mercado Europeo, y las propias empresas, cooperativas que viven del cacao, como primeras beneficiadas de modelos más  justos y sostenibles.

En cooperación buscando resoluciones.

Es por todo esto, que se presenta el Comercio Justo como un modelo que incide y restablece condiciones más justas, en lo económico, lo social, lo humano y en el medio ambiente, en igualdad, a través de la campaña El Chocolate de Comercio Justo Sabe Mejor, con exposición del cacao, talleres infantiles y de adultos en torno al chocolate, catas de chocolate y la Ruta del Chocolate Justo.

Por eso, vayamos de la mano. Porque la injusticia no es lo que cuenta sino lo que se hace al respecto. ¿Te sumas al cambio?

#El Chocolate de Comercio Justo Sabe Mejor

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