El voluntariado es la gran riqueza de Cáritas, pero también de toda la población española. Su entrega gratuita y generosa surge de una sociedad, que sigue considerando la acogida y la apertura a los demás como un valor que orienta nuestras vidas. Conscientes de este bien compartido, Cáritas Española se une a la celebración del Día Internacional del voluntariado , el 5 de diciembre, y agradece a todos sus colaboradores su papel callado y poco visible que hace posible mantener encendida la frágil llama de la esperanza en muchos hogares heridos por la exclusión social o la pobreza.

Eleuterio Arasanz, voluntario de Comercio Justo de Cáritas Barbastro Monzón, en el almacén.

El trabajo de Cáritas y su Red de Comercio Justo sería imposible sin la inestimable labor de sus más de 500 voluntarias y voluntarios gracias a los cuales el Comercio Justo llega hasta los rincones más lejanos de la geografía española. Hoy queremos traer a primer plano el testimonio de uno de ellos: Eleuterio Arasanz, voluntario de Comercio justo de Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón.

 ¿Desde cuando eres voluntario de Comercio Justo? Desde el 2021, después de la pandemia.

¿Por qué te hiciste voluntario de Comercio Justo? Ya era voluntario de Cáritas en el programa de empleo, concretamente en la agencia de colocación. Cuando reubicaron a la técnico con la que colaboraba en Acción Comunitaria  y por ende, en Comercio Justo, yo continué colaborando con el técnico y con la entidad.

 ¿Qué te animó a ello?  Ayudar a los demás y en relación con el Comercio Justo, por la experiencia en la infancia y juventud al ser mis padres tenderos de pueblo.

 ¿Qué es lo que más satisfacción te causa de tu voluntariado? Saber que estoy colaborando en mejorar las condiciones de vida de familias de países menos desarrollados. El trabajo en equipo con otros voluntarios de Cáritas, destacando los vínculos afectivos que se crean.

¿Y tus mayores dificultades? La amplitud del territorio, que nos hace ser creativos a la hora de los repartos en tiempo y forma. También aprovechamos otros servicios de Cáritas (recogida de ropa y acogidas).

¿Desde tu experiencia, como crees que podría unirse más gente al movimiento del Comercio Justo? Primero habría que hacer una sensibilización a las personas para que conozcan que significa ser voluntario de Cáritas y también conocer que es el comercio justo, desconocido por una gran mayoría de la población.

¿Cómo animarías a más personas, a más jóvenes, a hacerse voluntarios y voluntarias de Comercio Justo? Organizar en las colegios y otras asociaciones de jóvenes, sesiones de sensibilización donde se den a conocer los principios de comercio justo y los productos, seguidos de actos concretos donde los jóvenes se impliquen (venta, rifas, talleres, etc.).

¿Algo que te gustaría añadir? Me siento muy a gusto desarrollando la actividad que realizo, y ayudando a Caritas y concretamente a las personas de las cooperativas de los productos que vendemos.

El Comercio Justo de Cáritas Barbastro Monzón

Caritas Diocesana Barbastro-Monzón lleva 17 años trabajando el Comercio Justo a través de los grupos parroquiales en diversas localidades de la Diócesis. En las poblaciones de Barbastro, Binéfar, Fraga y Monzón cuentan con puntos de venta en las tiendas Contigo, en las cuales se venden ropa de segunda mano y se aprovecha para disponer de un espacio para los productos de Comercio Justo.

En el resto del territorio se vende el producto de Comercio Justo mediante stands en diferentes ferias y mercadillos, donde también se ofrece información y se realizan exposiciones. Estamos presentes cada año, aproximadamente, en más de 20 localidades. Son poblaciones dónde hay grupo parroquial de Cáritas o dónde las voluntarias se desplazan.

En Cáritas Diocesana Barbastro – Monzón apuestan por el Comercio Justo, realizando acciones de venta, formación y sensibilización en nuestros grupos de: Albalate, Barbastro, Benasque, Binaced, Binefar, Campo, Candasnos, Fraga, Graus, Monzón, Osso de Cinca, Peñalba, Sobrarbe, Tamarite, Torrente y Zaidin.

 

Más información:

 

 

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