La Campaña Ropa Limpia, coordinada por SETEM a nivel estatal, presenta «Salarios Dignos», un estudio en profundidad sobre lo que están haciendo 50 de las marcas más importantes de Europa, entre ellas tres españolas (Desigual, Mango e Inditex) para garantizar que las trabajadoras que elaboran sus prendas reciben un salario digno. Este estudio demuestra lo lejos que se encuentran las empresas para garantizar este derecho fundamental.
«A pesar de que un salario digno es un derecho humano, ninguna de las 50 compañías líderes está pagando un salario digno», ha dicho Anna McMullen, coordinadora del estudio. «El informe mostró que aunque las marcas investigadas son conscientes del salario digno y reconocen que es algo que se debe recoger en sus códigos de conducta y en su RSC, la mayor parte no ha ido más allá. Dado que hay millones de mujeres y de hombres en todo el mundo que dependen de la industria textil, es vital que estas palabras se conviertan en acciones reales lo antes posible».
Según este informe, es fundamental que Inditex desarrolle parámetros basados en el coste real de la vida de las trabajadoras y garantice que se incluyan en el precio que pagan las fábricas, así se acercarían a la consecución de un salario digno.
Por su parte, Mango todavía no se ha comprometido a garantizar un salario digno para las personas trabajadoras de sus fábricas proveedoras. Ni siquiera lo incluye en su código de conducta.
La última marca española analizada en esta investigación es Desigual. Esta marca no cuenta con parámetros para garantizar un salario digno, y tampoco publica información sobre derechos laborales o comercio ético.
La lucha por los salarios dignos está llegando a un punto crítico
En los principales países productores del sector textil, como Camboya, la lucha por los salarios dignos continúa: según las últimas cifras de Asia Floor Wage Alliance los salarios dignos, en general, triplican el salario mínimo que reciben las trabajadoras del sector textil.
Las trabajadoras de Camboya, por ejemplo, cobran menos de 73 euros al mes (solamente el 22% del que se estima salario digno en este país). Durante los últimos meses, las trabajadoras del sector textil han sufrido una creciente violencia y agitación por exigir un salario mínimo de 116 euros, cifra que sigue siendo una fracción de lo que sería un salario digno.
“Mis gastos aumentan día a día”, dice Lili, trabajadora de una fábrica de Camboya. “A pesar de que las trabajadoras comemos juntas en una habitación pequeña y mis compañeras me prestan dinero, sólo podemos gastarnos una pequeña cantidad cada una, porque todas tenemos que preocuparnos de cómo podremos enviar dinero a nuestras familias”.
Este informe está dentro de la campaña «Salarios Dignos» que se lanzó en noviembre de 2013. Su objetivo es lograr un salario digno para las personas trabajadoras de las fábricas textiles con el apoyo de las miles de activistas de la Campaña Ropa Limpia y de los consumidores y consumidoras europeas.