El estudio relata cómo el Comercio Justo trabaja no solo desde los aspectos económicos, sino desde una perspectiva integral tratando de combatir las distintas caras de la pobreza.
La publicación, que se da a conocer con motivo del Día Mundial de la Justicia Social (20 febrero), se adentra en Bangladés para analizar cómo iniciativas de Comercio Justo contribuyen a reducir la pobreza empleando en condiciones laborales y de vida dignas a mujeres y hombres. En el caso de Bangladés, la organización artesana BASE da trabajo a diez mil mujeres en condiciones dignas.
Actualmente, casi un tercio de la población trabajadora mundial vive en situación de pobreza. Una realidad que incide especialmente en las mujeres.
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo ha publicado el informe “El Comercio Justo y la erradicación de la pobreza. El caso de Bangladés” en el que describe cómo el Comercio Justo contribuye a reducir la pobreza y, por tanto, a avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas.
Como ejemplo de ello, el estudio analiza los beneficios que el Comercio Justo genera para las mujeres de la organización artesana BASE, de Bangladés, que se dedican a la producción de cestas de yute, artículos de textil, decoración y calzado.
Sus trabajadores y trabajadoras, organizados en 17 grupos de producción en distintas zonas del país, obtienen una remuneración de unos 10.000 takas (unos 4,40 dólares al día), lo que les permite mantener una vida digna y que supone el doble del salario mínimo legal en el país, fijado en 5.000 takas (1,80 euros al día).
Además, BaSE facilita a las trabajadoras servicios básicos como salud, educación o créditos.
En Bangladés -un país con un 40% de su población en la pobreza- pese al aumento de la exportación de textil (que supone el 80% de sus exportaciones totales) la pobreza no se ha reducido en la misma medida, entre otros factores, porque el crecimiento se ha hecho en base a competir en bajos salarios y con escasas inspecciones laborales.
En todo el mundo existen más de 1.500 organizaciones productoras de Comercio Justo, entre las que hay una gran diversidad. Algunas de ellas, como BaSE, están dirigidas a personas en situación de especial vulnerabilidad.
La pobreza global en cifras
La pobreza es una realidad compleja, consecuencia de múltiples causas y que ofrece distintas caras. Una de las más evidentes, el hambre, ha crecido en los últimos tres años. Actualmente afecta a una de cada nueve personas en el mundo. Asimismo, según Naciones Unidas, más de 800 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día, muchas carecen de acceso a alimentos, agua potable o saneamiento adecuados.
Por otra parte, la pobreza extrema afecta al 11% de la población mundial. Otra de las caras es la precariedad laboral. La OIT calcula que casi un tercio de la clase trabajadora mundial vive en la pobreza. Una realidad que sufren de manera especial a las mujeres. En todo el mundo, ellas registran un Índice de Desarrollo Humano más bajo que los hombres. La brecha salarial de género en todo el mundo se sitúa en el 23%. Por último, el 74% de las personas que viven en la pobreza sufren de forma directa los efectos de la degradación de la tierra.
El informe, que se puede descargar y consultar aquí, ha contado con financiación de la Unión Europea.
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