156,2 millones de euros fue la facturación obtenida por el Comercio Justo en España durante 2023, lo que supone un crecimiento de 10 millones de euros, un 7% más respecto al año anterior. Tras el parón que supuso la pandemia, periodo en el que el ritmo de crecimiento se moderó, en el último ejercicio el sector ha recuperado fuerza. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) ha publicado hoy los datos más significativos de este movimiento de la Economía Social.
Desde 2020, la facturación de Comercio Justo en nuestro país no había dejado de crecer pero su ritmo se había estancado, registrándose aumentos de entre el 0,3% y el 1%. Sin embargo, en el último año el sector ha recuperado fuerza con un incremento del 7%, de 10 millones de euros más respecto a 2022. Este crecimiento se ha producido gracias al aumento de los ingresos de las organizaciones importadoras de Comercio Justo así como de las ventas de productos con sello Fairtrade por parte de empresas convencionales.
Con esta cifra global, el consumo medio por habitante en Comercio Justo en España durante 2023 fue de 3,20 euros.
“Aunque estamos lejos de los niveles de consumo de otros países europeos, nuestro país tiene por delante mucho potencial de crecimiento en el desarrollo del Comercio Justo”, explica Laura Rubio, directora de la CECJ. “En Francia, la facturación de Comercio Justo en el último año ha superado los 2100 millones de euros gracias, entre otros aspectos, al reconocimiento legal que tiene el sector. Desde la CECJ reivindicamos que la futura Ley de Economía Social incorpore también el Comercio Justo”, añade L. Rubio.
Cerca del 82% del consumo de productos de Comercio Justo se produjo en los supermercados y grandes superficies, que ganan cuota de mercado respecto al último año. El segundo canal de distribución es la hostelería (el sector HORECA: hostelería, restauración y catering) con un 12,7% del total. En tercer lugar se sitúa el pequeño comercio, con el 5,1%. En este grupo se sitúan las tiendas especializadas de Comercio Justo gestionadas por las organizaciones de la CECJ cuya facturación se mantiene respecto al año anterior en 4,5 millones de euros.
Por productos, la alimentación sigue siendo la gran protagonista del Comercio Justo, con más del 96% de las ventas. Dentro de este bloque el cacao y los dulces, que generan el 76,8% de la facturación, son los más vendidos con gran diferencia en relación al resto. El café, producto emblemático del Comercio Justo se mantiene con un 15% de las ventas. El té y otras infusiones así como los otros productos de alimentación (arroz, cereales, pasta, bebidas,…) conservan su peso en el sector.
Por otro lado, en relación a los productos que no son alimentación, los artículos de textil (ropa y hogar) son los más vendidos con un 2,7% del total. Le siguen los complementos y la decoración. Los productos de higiene y cosmética natural descienden sus ventas pero ligeramente.
En relación a las certificaciones que garantizan el cumplimiento de los principios del Comercio Justo (derechos laborales, humanos, precios que cubren costes de producción sostenible, prácticas justas y democráticas, cuidado del medio ambiente), el 95,8% de las transacciones procedió de productos con el sello Fairtrade. Una parte (6,4%) fueron distribuidos por las organizaciones importadoras de la CECJ, pero la gran mayoría (89,4%) fue fruto de las ventas de empresas convencionales. El resto corresponde a productos de Comercio Justo con otras certificaciones.
El mercado de Comercio Justo de nuestro país se abastece de manera directa de productos procedentes de 131 cooperativas y organizaciones productoras de 46 países. Los países con los que se genera un mayor volumen comercial son Perú, India, Uganda, Paraguay y Guatemala.
América Latina es la región más beneficiada por las compras de Comercio Justo realizadas en nuestro país, seguida de África y Asia.
El cacao y el café de Comercio Justo cuentan con una procedencia muy amplia, se producen en 15 países diferentes. En el caso del café destacan por volumen comercial Uganda, Nicaragua y Guatemala, y el caso del cacao, República Dominicana, Costa de Marfil y Perú. De este último también se importa la mayor cantidad de azúcar de caña, junto con Paraguay, Filipinas y Ecuador. Por último, los artículos textiles y de artesanía proceden principalmente de Asia, y en particular, de India y de Turquía.