El primer sábado de julio Naciones Unidas celebra el Día Internacional de las Cooperativas, una jornada con la que se quiere visibilizar y reconocer la contribución del movimiento cooperativista a una sociedad global más justa, participativa, igualitaria y democrática.

En el Comercio Justo, una gran parte de las organizaciones productoras que lo integran son cooperativas. Algo que no es extraño, ya que ambos movimientos comparten una visión de la producción y la economía centrada en las personas, y muchos valores: participación, horizontalidad, solidaridad, igualdad, toma de decisiones democrática, equidad, justicia, comunidad, empoderamiento.

Sacos de café cultivados por la cooperativa de Comercio Justo Guaya’B (Guatemala).

«Reconstruir mejor juntos» es el lema elegido para la celebración del Día Internacional de las Cooperativas en este 2021. Un lema que está muy en la línea del mensaje que el movimiento del Comercio Justo elegimos para nuestro Día Mundial, Build Back Fairer (Reconstruyamos con Justicia). Su objetivo es mostrar que los modelos de negocios centrados en las personas, basados en los valores cooperativos de solidaridad, responsabilidad social y sentimiento de comunidad, permiten reducir las desigualdades, crear prosperidad común y responder a los impactos que está causando la COVID-19.

Según afirma naciones Unidas: “En ámbitos como la salud, la agricultura, la producción, el comercio minorista, las finanzas y muchos otros ámbitos en los que se desarrollan las cooperativas, sus más de mil millones de miembros en todo el mundo siguen demostrando que nadie tiene por qué enfrentarse solo a una crisis como la pandemia actual”.

“Niñez feliz”, un proyecto de la cooperativa Guaya’B para reducir el trabajo infantil

En este Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, y como ejemplo de la aportación del movimiento cooperativista y de Comercio Justo en beneficio de su comunidad, hemos querido destacar la iniciativa “Niñez feliz” de la cooperativa cafetalera Guaya’B, de Guatemala. Recientemente, las organizaciones de la CECJ mantuvimos un encuentro on-line con uno de sus más de 600 miembros, Ramón Delgado, quien nos contó este proyecto. Agradecemos a Oxfam Intermón su mediación para facilitarlo.

“Bienvenidos al lugar donde juego, aprendo y me divierto durante la cosecha de café”. Este es el cartel que da la bienvenida a los niños y niñas que acuden a las escuelitas que pone en marcha la cooperativa de Comercio Justo Guaya’B en noviembre y diciembre, durante las vacaciones escolares.

Con esta iniciativa, se pretende evitar que los hijos e hijas de los trabajadores/as vayan a los campos de café. “El objetivo es proteger a la niñez contra cualquier trabajo riesgoso y también atender su cuidado”, explica Ramón Delgado.

El curso escolar en Guatemala va de enero a octubre. Las vacaciones coinciden con la cosecha de café. “Muchos padres y madres de familia se veían obligados a llevar a sus hijos al campo porque no tenían un lugar seguro dónde dejarlos. De ahí surge este proyecto de escuelitas de protección infantil”, explica R. Delgado.

Las escuelitas se desarrollan en 2 comunidades de la región de Jacaltenango. En ellas, participan unos 60 niños y niñas de entre 4 y 12 años en las que realizan actividades de ocio, dinámicas y juegos y también fortalecen los conocimientos aprendidos durante el año escolar.

Queremos que los niños se diviertan, jueguen y también tengan un almuerzo digno y balanceado”, añade Delgado, quien destaca que el menú que ofrecen es variado y nutritivo, similar al que plantea el Ministerio de Educación durante el curso.

Por otro lado, también refuerzan la importancia de los hábitos de higiene como el lavado de manos o de dientes (a cada niño/a se les da un cepillo y dentrífico).

Antes de iniciar las escuelitas, los miembros de la cooperativa se reúnen con las familias y los líderes de la comunidad. “Platicamos mucho con ellos para explicarles nuestro proyecto y los riesgos del trabajo infantil”, explica R. Delgado. Además, hacen las gestiones correspondientes y firman un convenio de colaboración con las instituciones locales para facilitar el uso de las escuelas y aulas de los municipios para el desarrollo de esta actividad.

Con el proyecto, la cooperativa Guaya’B busca reducir el trabajo infantil en la región. Según explica: “En nuestra cooperativa no hay trabajo infantil ya que uno de los estándares del Comercio Justo es la prohibición del trabajo de los niños y niñas. En muchas fincas de café sí hay trabajo infantil. Es un problema difícil de erradicar”. Asimismo, desde la organización trabajan para concienciar en torno a la necesidad de proteger a la niñez:

“Hacemos un trabajo de divulgación de los derechos de la infancia, porque muchas veces no se conocen”, añade.

“Nuestros asociados sí enseñan la profesión a sus hijos e hijas porque no es malo que lo aprendan pero por supuesto sin presión, siempre después de sus tareas escolares, de su tiempo de juego y, desde luego, de forma acorde a su edad”, explica Delgado.

El proyecto Niñez Feliz se financia a través de la prima social que obtiene la cooperativa por la venta de sus productos (café y miel) en la red de Comercio Justo. En un futuro, tienen previsto ampliarlo a otros municipios de su región.

La cooperativa Guaya’B fue constituida en 1999 por 54 productores. Hoy está integrada por 641 socios y socias, de 10 municipios de la región de Jacaltenango, una región fronteriza con México fundamentalmente indígena.

 

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