La economía social y solidaria propone básicamente otra forma de hacer funcionar la economía y de entender y gestionar el desarrollo,. de manera que respondan a las aspiraciones profundas de toas las personas y no utilice sus necesidades inmediatas para convertir a la población en objetos de consumo permanente.

Esta propuesta que también es aspiración, se conjuga en un rico plural: cooperación al desarrollo, Comercio Justo y consumo responsable, mercados sociales, intervención social, atención a población migrante y a los sectores más desfavorecidos, desarrollo local y rural, soberanía alimentaria, formación y promoción cooperativistas, instrumentos financieros éticos y solidarios, etc. Una multitud de entidades y especializaciones, organizada sen diversas redes, pero compartiendo objetivos y estrategias similares, porque compartidos son los retos y comunes las contradicciones a superar.(…)

La economía social y significa ponerse de pie, caminar contra las injusticias, participar y construir alternativas.

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En definitiva, la economía social y solidaria es la intervención consciente de la ciudadanía en la actividad económica, en el mercado, en la producción de bienes y servicios. Supone poner en práctica otras formas de ejercer la participación para hacer posible una democracia real, es decir: la autogestión.

Al fin y al cabo, detrás de todo esto hay una elección entre autogestión y dignidad, por un lado, o dependencia y sumisión, por el otro. Nosotros y nosotras escogemos la autogestión como filosofía, como proceso, como estrategia y como método de trabajo.

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Artículo escrito por Enrique del Río, miembro de REAS (Red de Economía Alternativa y Solidaria) Madrid. Fue publicado en «El Comercio Justo en España 2012. Alianzas en movimiento», editado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo con financiación de la AECID.

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