«Como productores de Comercio Justo, nos preocupa el cómo acceder a los mercados, pero también cómo mejorar nuestra contribución a la protección del medio ambiente». Bernard Outah, de WFTO África y Oriente Medio.
«Las organizaciones en América Latina están apoyando a pequeños productores para implementar las buenas prácticas y principios de Comercio Justo, y está resultando un buen trabajo, avanzando en mejorar sus condiciones de vida y sus ingresos«. Zulma Brítez, de WFTO América Latina.
«Hay muy poco conocimiento de lo que cuesta a los pequeños productores su adaptación al cambio climático. Hay que visibilizarlo para lograr una cadena sostenible y justa». Linda Vera, de CLAC.
Así se pronunciaban las representantes de organizaciones productoras de Comercio Justo participantes en el Fair Trade Breakfast y la Maratón de Comercio Justo celebrado el pasado mes de octubre en Bruselas, organizado por la Fair Trade Advocacy Office –FTAO– y a la que se invitó a organizaciones de Comercio Justo de América Latina y Caribe, África y Oriente Medio y Asia.
Cadena justa y sostenible: tarea de todos
Todas ellas compartieron con organizaciones europeas y europarlamentarios reflexiones en torno a los desafíos mundiales frente a la insostenibilidad del sistema, una cadena de producción todavía muy injusta y desigual, el cambio climático y sus consecuencias en las organizaciones productoras y las comunidades más vulnerables del América Latina, África y Asia.
«La transición ecológica supone una mayor demanda social de estándares ambientales, pero también implica un mayor esfuerzo de los pequeños productores, no siempre reconocido«, afirma Linda Vera.
Linda Vera asegura que para la CLAC es una prioridad seguir fortaleciendo la relación directa con los consumidores en todo el mundo. Vinculada a la agenda del cambio climático, Vera insiste en que esa relación consiste en «compartir los riesgos y la responsabilidad de generar una cadena de valor justa y sostenible medioambientalmente«.
El debate -añade- es cómo hacer que el mundo sostenible que todos deseamos se base en dicha corresponsabilidad:
Leyes vinculantes para una cadena justa y sostenible.
A este debate se suma Zulma Brítez. Asegura desde Bruselas que el cambio climático y la defensa de los Derechos Humanos son temas cruciales para América Latina y se están trabajando con las organizaciones productoras, «las más vulnerables«.
«El cambio climático -afirma- está afectando a los cultivos, y por tanto en los ingresos de las productoras. Necesitan de nuestro apoyo para seguir desarrollando sus buenas prácticas, respetuosas con el medio ambiente y que les permiten unos ingresos dignos.»
«Por ello pedimos a las organizaciones de Comercio Justo en Europa que tengan en cuenta estos efectos en las poblaciones del Sur a la hora de proponer y negociar leyes en la Unión Europea, para que resulten beneficiosas a los pequeños productores.»
Bernard Outah coincide con Vera y Brítez, y destaca la importancia de reforzar la red del Comercio Justo:
«Cuánto mejor trabajemos juntas, más capaces seremos de tener éxito en nuestra tarea de incidencia política a favor de los pequeños productores.»
«Es otra lección que nos llevamos a casa fruto de este encuentro en Bruselas«, afirma.
Como anfitriones del encuentro de Comercio Justo, la FTAO destaca el valor de este intercambio directo entre productores, organizaciones que los representan y parlamentarios. Así lo evidencia Sergi Corbalán, director de la Oficina de Comercio Justo para la Incidencia Política:
«Tenemos que aprovechar este ímpetu en debida diligencia para que sea una legislación que realmente haga que las empresas tengan que evaluar sus prácticas de compra: Si no cambian las prácticas comerciales, para los pequeños productores será difícil cumplir las nuevas exigencias. Tenemos que hacer que cambie la política de compra de las empresas, y evitar que la responsabilidad recaiga sobre los suministradores.»
El Fair Trade Breakfast, el Debate sobre Comercio Justo en el Parlamento Europeo y la Maratón de Comercio Justo celebrado en Bruselas del 7 al 11 de octubre de 2019 se enmarcan en el proyecto europeo «Trade Fair, Live Fair», en el que participa la Coordinadora Estatal de Comercio Justo junto con otras organizaciones de Comercio Justo europeas, y que cuenta con financiación de la Unión Europea.