Como representantes de las organizaciones de la sociedad civil global, reiteramos nuestra oposición inequívoca al régimen de solución de controversias inversionista-Estado (ISDS por sus siglas en inglés) y los derechos de gran alcance para los inversionistas extranjeros consagrados en los tratados de comercio e inversión. Los arbitrajes internacionales (ISDS) y el régimen de tratados de inversión facultan a solo una clase de intereses -empresas e inversionistas multinacionales- para demandar a los gobiernos fuera de los sistemas judiciales nacionales por cantidades ilimitadas de compensación, incluyendo la pérdida de los beneficios futuros esperados. Una amplia gama de leyes nacionales, fallos judiciales, regulaciones y otras acciones gubernamentales están sujetas a tales ataques, incluidas las políticas no discriminatorias promulgadas para promover el bienestar público.
En los últimos años, esta característica antes poco conocida del régimen de comercio e inversión internacional ha recibido cada vez más críticas: un creciente coro de funcionarios gubernamentales de todo el espectro político, pequeñas empresas, académicos, juristas, organizaciones de la sociedad civil y sindicatos de todo el mundo han proclamado públicamente su oposición a ISDS y han instado a los gobiernos a salir del régimen. Como el número de casos de ISDS presentados cada año se ha disparado y las corporaciones han ganado miles de millones en ataques a una asombrosa variedad de políticas que promueven el bienestar general, algunos gobiernos han comenzado a terminar tratados que incluyen ISDS y rechazan nuevos acuerdos de comercio e inversión que otorgan derechos excesivos y acceso a ISDS a inversionistas extranjeros.
En el contexto de esta merecida reacción global contra ISDS, la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) — un órgano de la ONU que históricamente ha tratado asuntos comerciales internacionales y está fuertemente dominado por la industria del arbitraje — lanzó el Grupo de Trabajo III para «identificar y considerar las preocupaciones con respecto a ISDS; considerar si la reforma era deseable a la luz de cualquier preocupación identificada; y, si el Grupo de Trabajo llegara a la conclusión de que la reforma era deseable, desarrollaría cualquier solución pertinente que se recomendara a la Comisión.» Felicitamos a los gobiernos miembros de la CNUDMI por reconocer que el actual régimen ISDS es políticamente y económicamente insostenible. Sin embargo, después de dos reuniones del proceso del Grupo de Trabajo III de la CNUDMI, quedó claro que el alcance del debate no llega a abordar los defectos fundamentales de un régimen de inversión internacional que faculta a una clase de sociedad ya poderosa -los inversionistas extranjeros- a impugnar las leyes de interés público fuera de los tribunales nacionales. Si bien coincidimos con muchas de las críticas planteadas por los gobiernos en las discusiones de la CNUDMI, consideramos que, menos que se considere este régimen en su totalidad, el proceso del Grupo de Trabajo III de la CNUDMI no dará lugar a ningún cambio significativo.
Rechazamos específicamente los intentos de la Unión Europea de impulsar un proyecto de «corte multilateral de inversiones» como una «solución» en el proceso del Grupo de Trabajo III de la CNUDMI. Esta propuesta de la UE no solo no aborda la mayoría de los defectos fundamentales de ISDS y el actual régimen de tratados de inversión, sino que parece diseñada para mantener intactas muchas de las características (y fallas) más dañinas de ISDS. Los cambios de procedimiento propuestos por la UE no limitarían los derechos sustantivos extraordinarios otorgados únicamente a los inversionistas extranjeros que van más allá de las leyes nacionales pertinentes. Y, lo más fundamental, la propuesta de la UE continuará permitiendo a los inversionistas extranjeros desafiar las políticas no discriminatorias, incluidas las que salvaguardan la salud pública, preservan el medio ambiente y promueven las normas laborales, fuera de los tribunales nacionales de los países. Tal «tribunal multilateral de inversiones» encerraría efectivamente el régimen de tratados de inversión en un momento en que los gobiernos están sabiamente considerando retirarse por completo.
En lugar de centrarse en ajustes de procedimientos en los márgenes del sistema ISDS, los gobiernos de la CNUDMI deberían esforzarse por debatir sobre cómo alejarse del sistema actual de tratados de inversión. Por lo tanto, un enfoque más constructivo para la CNUDMI sería concentrarse en los problemas estructurales del régimen de tratados de inversión y facilitar un debate sobre la terminación o la sustitución total de los acuerdos existentes sin que los países estén sujetos a las cláusulas de «supervivencia» extendidas.
Hacemos un llamado a nuestros gobiernos para que se abstengan de firmar nuevos pactos comerciales y de inversión que incluyan estos derechos extraordinarios para los inversionistas extranjeros, que rescindan los tratados vigentes de ISDS y que utilicen el proceso de la CNUDMI para abordar los problemas fundamentales del sistema actual. Esto significa que los gobiernos deben rechazar la propuesta de la «corte multilateral de inversiones» de la UE, el establecimiento de un mecanismo de apelación o cualquier otro intento de institucionalizar o afianzar aún más el régimen de arbitraje de inversión.
Ayúdanos a conseguir que nos escuchen firmando esta carta. ¡Ya somos much@s!