Anjali Tapkire pertenece a la organización textil india de Comercio Justo Creative Handicrats. Fue una de las primeras mujeres que comenzaron esta iniciativa, junto con la religiosa española Isabel Martín. Su propio proceso es un ejemplo del cambio que viven las mujeres desde que comienzan a trabajan en la organización.
Esta entrevista se realizó en abril de este año, coincidiendo con la visita de Anjali a España, invitada por Oxfam Intermón.
¿Cuál es el trabajo de Creative Handicrafts?
Creative Handicrafts es una organización pequeña que desempeña un papel pequeño dentro de la industria textil de la India. Nos dedicamos a fabricar ropa desde hace 10 años. Hay unas 300 mujeres trabajando, 700 cuando hay pedidos grandes. Hemos mejorado en el diseño de las prendas. Ya tenemos pedidos de Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Japón. Nosotros pagamos mejores salarios a las mujeres que las empresas textiles convencionales.
¿Y desde el punto de vista organizativo?
En Creative las mujeres son todas socias, miembros de la organización y están representadas en la junta directiva. La junta directiva es la que elige al director y éste es quien elige a todo el equipo que está en la oficina.
Creative es un ejemplo de organización donde puede haber personas con un nivel educativo muy elevado como puede ser el caso de J. Joseph, el director, junto con personas que no tienen formación. Cada uno desempeña su trabajo pero cuando hace falta que todos apoyen, como puede ser al embalar el pedido y meter todo en cajas, ahí estamos todos juntos, da igual que sea el director o cualquier otra persona.
¿Cuál es la situación personal y social de la mujer en Bombay?
Bombay es una ciudad cosmopolita a la que llega gente de diferentes zonas rurales de la India, y cuando llegan a la India tiene que buscar cómo sobrevivir, tienen que buscar un techo bajo el que estar, comida, tienen que esforzarse cada día por salir adelante.
Las mujeres, en concreto, desde que nacen se enfrentan a muchas dificultades y por eso creo que son muy flexibles. Cuando empiezan a trabajar con Creative las mujeres, que viven en los slums (barrios de chabolas, de infraviviendas), muchas no tienen confianza en sí mismas.
El hecho de estar trabajando y que los productos que hacen ellas con sus manos la gente los compre, hace que ellas recuperen su autoestima.
También el que las mujeres trabajen juntas, en grupo, supone para ellas como una terapia porque pueden hablar, compartir su situación y eso les permite salir adelante y les ayuda a superar sus problemas.
Creative Handicrafts da una identidad a las mujeres. Son personas que antes de llegar a la organización no tenían identidad. Ellas han nacido y tienen una vida por delante pero no tienen una identidad. Yo misma tengo una identidad desde que estoy en Creative.
Tú empezaste en los inicios de Creative Handicrafts junto con Isabel Martín…
Isabel Martín fue la fundadora de Creative Handicrafts. Fue un ejemplo de mujer que estuvo viviendo con ellas, primero en el slum durante bastantes años, como una más, antes de poner en marcha Creative Handicrafts. Consiguió que Creative Handicrafts fuera una organización que cambia la vida de las mujeres.
Yo fui la primera mujer que empezó con Isabel Martín. Al principio el objetivo era trabajar únicamente con mujeres que no tuvieran ningún tipo de formación, de capacitación, habilidad.
¿A qué dificultades os enfrentasteis?
Una de las primeras dificultades con las que nos encontramos fueron los maridos, que no las dejaban trabajar, muchos tenían problemas con el alcohol, no tenían dinero ellos mismos y se gastaban el dinero en el juego, en apuestas. No permitían a las mujeres trabajar porque ellos consideraban que ellas pueden estar en casa, tener hijos, pero no salir a la calle, porque si salen tienen miedo de que cambien, no quieren que lleguen a desarrollar una personalidad propia, porque entonces pueden empezar a responderles, a discutir, a razonar, a tomar decisiones propias y eso es lo que no querían que sucediera.
Desde el principio tuvimos que enfrentarnos sobre todo a este ego de los hombres. Intentábamos que entendieran que su único objetivo es que las familias estuvieran mejor, conseguir que estas mujeres tuvieran un trabajo y que llegaran unos ingresos para la familia.
Las mujeres, cuando empiezan a trabajar, tienen el complejo de no valer nada y no saber hacer nada, no se consideran ni siquiera capaces de poder aprender a hacer este tipo de bordados o prendas.
Además las mujeres no hablaban hindi, hablaban cada una la lengua local de sus diferentes regiones. Para mí misma fue un paso importante aprender hindi, poder ir a los mercados, desplazarme, viajar sola.
Hoy en día Creative está formado por 12 cooperativas, en cada una de las cuales trabajan unas 25 mujeres. Desde esa situación inicial que antes comentaba, ahora en cada cooperativa cuando llega un pedido, ellas mismas tienen la capacidad de planificar, de hacer el cálculo de costes, de cuánta tela hay que comprar, cuánto va a tardar, qué beneficio habrá por hacer esas prendas. Ese es el gran cambio.
Yo misma soy un ejemplo del gran cambio que se produce en una mujer. Yo no solo me desplazo sola por Bombay sino que incluso he venido hasta aquí, España, estoy haciendo una entrevista en inglés. Esta transformación me parece impresionante.
¿Por qué crees que es importante que existan alternativas económicas como el Comercio Justo?
Más allá de la estrategia comercial de una organización, en una entidad como Creative lo que se persigue es la autosuficiencia de las mujeres, lo cual genera desarrollo en otras facetas de las mujeres.
En nuestra organización tenemos líneas de trabajo que son diferentes a las que suele haber en el comercio convencional.
Por ejemplo tenemos microcréditos para que las mujeres pueden acceder a créditos a un interés bajo para que puedan hacer frente a dificultades económicas. Antes tenían que acudir a otro tipo de préstamos con intereses muy elevados. También tenemos una guardería donde pueden estar los niños de las mujeres y becas escolares porque aunque las mujeres no han tenido formación, sí que dan mucha importancia a que sus hijos puedan estudiar. Todo esto son ventajas añadidas al salario que reciben las mujeres.
Algunas también reciben ayudas para poder poner en marcha su propio negocio. También tenemos un seguro médico que permite tener bajas remuneradas en el caso de que haya alguna enfermedad. Hay un apoyo especial para las mujeres embarazadas y hemos desarrollado un sistema propio para que puedan tener una jubilación. Hay una cantidad de dinero que aporta cada mujer y otra que aporta la organización para que al jubilarse dispongan de estos ingresos. Estos son algunos ejemplos de lo que reciben por trabajar en Comercio Justo a parte del salario. Además, por supuesto, se garantizan unas condiciones de trabajo adecuadas.
¿Qué te gustaría decir al público de España que esté leyendo esta entrevista?
Cuando empecé con Isabel Martín yo todavía no entendía cuál era ese sueño, ese ideal que tenía Isabel, que “si ponemos algo en marcha yo conozco gente que va a querer ayudarnos”. Con el tiempo he visto que cuando se junta un grupo de gente buena que quiere hacer algo bueno se puede terminar construyendo algo como Creative Handicrafts. Yo veo que hay personas aquí que dedican su tiempo de forma voluntaria, hay gente que compra los productos, hay gente que –igual que ellas se están esforzando por salir adelante día a día- aquí también hay gente que se esfuerza para conseguir que la vida de ellas cambie.
Hay un mensaje que me gustaría hacer llegar a las mujeres cuando vuelva, y es que aquí hay muchas personas que se están esforzando y que tienen buenos sentimientos en su corazón por hacer algo bueno por otras personas a las que no conocen y a las que no han visto nunca. Quiero que ellas sepan que hay mucha gente esforzándose también para que sus vidas puedan cambiar.