La pandemia provocada por el coronavirus desgraciadamente continúa avanzando. Aunque la incidencia es diferente en cada país y en sus regiones, las consecuencias son nefastas en todos los casos tanto a nivel sanitario como económico.

En este texto repasamos cómo están afrontando esta crisis algunas de las organizaciones productoras y las respuestas y acciones concretas que están llevando a cabo en distintos frentes.La información para elaborarlo ha sido ofrecida por Oxfam Intermón y Fairtrade Ibérica.

Foto: Fairtrade International

 

En América Latina

En América Latina, especialmente en determinados países como México y Colombia, el número de personas afectadas por COVID-19 está aumentando de forma preocupante. Aún con ello, en el caso de muchas organizaciones agrícolas de Comercio Justo, su trabajo productivo no se ha visto frenado dado que, por un lado, se trata de una actividad esencial y, por otro lado, en las zonas rurales aisladas (donde trabajan muchas de las organizaciones productoras de Comercio Justo) la incidencia de la enfermedad es menor. Este es el caso de organizaciones como las azucareras CAES Piura (Perú) o Manduvirá (Paraguay).

Sin embargo, la preocupación por la salud está muy presente entre la población y trabajadores/as. De ahí que, con la ayuda del llamado Fondo de Alivio otorgado por CLAC-Fairtrade, varias organizaciones hayan decidido destinarlo a hacer pruebas rápidas y a la compra de material de prevención.

Así lo han hecho por ejemplo la cooperativa agraria APBOSMAM, de la región peruana de Piura, que ha realizado pruebas diagnósticas a sus cerca de 180 trabajadores y trabajadoras. Por su parte, la organización cacaotera de Ecuador ASOAROMATIC ha entregado mascarillas, gafas protectoras y productos de higiene preventiva a sus 234 miembros.

Las organizaciones piden promover los principios del Comercio Justo para salir de esta crisis

En la parte de acción política, la CLAC (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños/as Productores/as y Trabajadore/as de Comercio Justo) en relación a las iniciativas de recuperación económica ante el COVD, ha hecho un llamamiento a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y cooperación internacional para promover los criterios del Comercio Justo y la sostenibilidad ambiental. Este documento fue presentado públicamente el pasado 11 de agosto.

En él, las pequeñas organizaciones productoras de Comercio Justo destacan que están sufriendo de primera mano los impactos de dos crisis mundiales: la generada por la pandemia del COVID-19 y el cambio climático. Las entidades temen que las medidas para la recuperación económica pongan en peligro la protección del medio ambiente, y se eliminen algunas de las regulaciones ambientales actuales a favor de los beneficios económicos.

“Solo una naturaleza sana puede ayudarnos a evitar que la humanidad este expuesta a recurrentes episodios similares al COVID-19”, expresan las entidades en el documento presentado por CLAC. “Pero cuando la variable cambio climático aparece en la ecuación, la naturaleza tiene menos margen para atenuar impactos y proteger nuestra salud”, añaden.

Así, entre las medidas que proponen destacan:

  • Considerar el rol clave de la agricultura familiar en la mitigación y adaptación al cambio climático.
  • Promover discusiones en todos los niveles, así como las alianzas entre todos los actores de las cadenas de valor, sector público y sociedad civil.
  • Tomar en cuenta las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en la elaboración de los planes regionales y nacionales de reactivación económica post-COVID-19.
  • Impulsar un gran diálogo regional y nacional que tome en cuenta la participación de las organizaciones de pequeños(as) productores(as) y trabajadores(as) del campo.
  • Mantener y profundizar las medidas de cuidado al medioambiente y fortalecer las capacidades de resiliencia de las poblaciones y de los pequeños/as productores/as en la región.
  • Promover la participación activa del sistema y movimiento de Comercio Justo en la agenda climática internacional.
  • Promover que los distintos actores en la cadena de valor asuman su responsabilidad tantoen la mitigación del cambio climático, como en el incremento de los costes que éste genera en la producción agrícola.
  • Mantener en agenda las discusiones sobre los efectos del cambio climático en los medios de comunicación.
  • Continuar sumando esfuerzos para generar mayor conciencia individual y colectiva para promover un consumo responsable.

En Asia y África

En Asia, las organizaciones productoras de textil y artesanía ubicadas en grandes ciudades están afrontando importantes dificultades, ya que la incidencia de la pandemia en los entornos urbanos es mayor.

En India, la organización CRC que elabora complementos se ha visto obligada a cerrar uno de sus talleres tras un caso registrado de COVID por parte de un trabajador. Otras entidades también han tenido que parar la producción por alertas ante posibles contagios. La producción de varias organizaciones está siendo intermitente, lo que dificulta su recuperación económica. Otras entidades como MKS o Rajkaksmi están pudiendo desarrollar su actividad con cierta normalidad.

A ello se le une las consecuencias derivadas del ciclón Amphan el pasado mes de mayo, que ha afectado a organizaciones como EMA, en India, y también BaSE en Bangladés, país que está sufriendo fuertes lluvias en las últimas semanas.

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