Bajo el lema “Tira del hilo” el pasado sábado 9 de mayo se celebró el Día Mundial del Comercio Justo en más de 50 localidades españolas. La jornada destacó las injusticias que esconde la elaboración de artículos textiles, un sector muy potente económicamente –solo en España cada persona gasta al año 437 euros en ropa– y que ejemplifica de manera clara las consecuencias negativas de la globalización y en el que se producen numerosas violaciones de Derechos Humanos.
“Mujer asiática, joven que trabaja entre 12 y 14 horas diarias es el perfil tipo de las personas que confeccionan casi toda la ropa que llevamos”, destacó Mercedes García de Vinuesa, presidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) en la rueda de prensa, en la que presentó un informe sobre el sector del textil, elaborado por Carro de Combate y la CECJ. “Salarios míseros que no cubren las necesidades básicas, jornadas extensas, condiciones laborales inhumanas y peligrosas, trabajo infantil o ausencia de sindicatos legalmente constituidos son algunas de las violaciones de derechos fundamentales que se producen en este sector, que mueve cada día 34.000 millones de euros solo en Europa añadió García de Vinuesa.
Además, con motivo del Día Mundial del Comercio Justo se inauguró en Madrid, Huesca y Palma de Mallorca la exposición “Tira del hilo del algodón más justo”, que consta de 24 imágenes del fotógrafo Sean Hawkey, a través de las que se da a conocer el trabajo de 10.000 personas que cultivan algodón bajo los criterios del Comercio Justo. La muestra explica su laborioso proceso de producción y los impactos positivos del Comercio Justo. Los trabajadores y trabajadoras, además de obtener un salario digno, destinan los beneficios extra a iniciativas que deciden democráticamente (material escolar, construcción de una clínica, etc.). Solo el hecho de que las mujeres participen en estas votaciones genera un cambio importante en cuanto a su papel en la sociedad. La exposición puede visitarse en Madrid en el centro Cultural Galileo (c/Galileo, 39) hasta el día 24 de mayo.
Pero esta realidad dista mucho de lo que ocurre en gran parte de la industria textil convencional. Según el informe, este sector esconde muchas situaciones de esclavitud moderna. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que 21 millones de personas realizan trabajo forzoso. El textil y la agricultura son los dos sectores donde esta explotación extrema se encuentra más generalizada.
El pago de sueldos miserables es otra de las realidades del sector.
Bangladesh ostenta el triste record a la baja: el salario mínimo es de 50 euros, incluso tras la subida de un 77% producida tras el derrumbamiento del edificio Rana Plaza, en el que fallecieron 1.138 personas y más de 1500 resultaron heridas. En Camboya el salario mínimo es de 128 dólares mensuales, que quedan lejos de los 238 dólares que la Asian Floor Wage Alliance calcula son necesarios para cubrir las necesidades básicas. Gran parte de los trabajadores del textil forman parte de los 910 millones de “trabajadores pobres” según la OIT, es decir, personas que aún teniendo un empleo viven con menos de un dólar diario.
Se trata además de un sector mayoritariamente femenino.
El 80% de los trabajadores del textil son mujeres.
A los sueldos ya bajos, se une la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, especialmente marcada en la confección. Se calcula que ellas cobran entre un 10% y un 50% menos que ellos por realizar trabajos similares. Este es uno de los motivos por los que el sector está tan feminizado, unido a otros factores como su menor organización sindical y la facilidad para contratarlas por periodos de tiempo más cortos y en peores condiciones.
Además, la explotación laboral infantil está presente a lo largo de toda la cadena de producción.
A pesar de que se ha reducido, en India en la recogida de algodón participaron casi 400.000 menores en la campaña de 2010. La mitad tenía menos de 14 años. En Marruecos, miles de niñas se incorporan durante sus vacaciones a talleres, supuestamente como aprendices. Sin embargo, realizan la misma labor que las adultas aunque cobrando un 40% del salario mínimo.
En la actualidad, el textil de Comercio Justo es poco representativo tanto en volumen de producción como en ventas. En el cultivo del algodón “justo” trabajan 73.400 personas, una cifra pequeña comparada con los casi 100 millones de hogares que participan en la cosecha mundial de esta materia prima. Sin embargo para quienes trabajan en este sector significa mucho cualitativamente, ya que tienen garantizadas unas condiciones de vida digna.
Aunque la celebración fue el pasado 9 de mayo, hasta final del mes hay actividades en varias localidades:
ARAGÓN (Teruel) CATALUNYA (Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona) CANARIAS C. VALENCIANA (Alicante, Castellón, Valencia) BALEARES GALICIA (Pontevedra) PAÍS VASCO (Álava/Araba)
El Día Mundial del Comercio Justo se celebra en más de 50 países, convocados por la World Fair Trade Organization (Organización Mundial del Comercio Justo). En España la celebración está promovida por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo y cuenta con financiación de la Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.