El pasado 15 de julio, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, presentó la nueva Estrategia de Desarrollo Sostenible en el Foro Político de Alto Nivel de Naciones Unidas, a través de un Examen Nacional Voluntario. De esta manera, el Gobierno español expuso ante Naciones Unidas los avances y desafíos en relación al cumplimiento de la Agenda 2030 en nuestro país.
El informe presentado analiza los avances realizados entre marzo de 2020 y abril de 2021 en las nueve políticas priorizadas en el Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030 aprobada en 2018. Además, el texto expone los compromisos para los próximos años cuya finalidad es acelerar la transición social y ecológica, así como garantizar una recuperación alineada con los principios y objetivos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tras la crisis derivada de la COVID-19. El documento define las transformaciones necesarias del actual modelo económico y social para avanzar en la Agenda 2030, dentro y fuera de nuestras fronteras.
En la elaboración de esta Estrategia han participado administraciones autonómicas, instituciones, empresas y entidades sociales, como la Coordinadora de ONG para el Desarrollo o la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), entre otras. En el marco de estas redes y sus grupos de incidencia, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo hemos planteado nuestras aportaciones y demandas.
Entre las líneas propuestas por REAS, que han sido canalizadas a través de CEPES y de la plataforma Futuro en Común, destacamos por un lado, el fomento de una transición agroecológica de las políticas alimentarias que favorezca un modelo de agricultura justa y sostenible favoreciendo a los alimentos producidos en condiciones de justicia social y medioambiental. Otras de las líneas eran la potenciación de las empresas de la economía social, una reforma fiscal que, entre otros aspectos, apoyara a los productos elaborados en condiciones de justicia y equidad dentro y fuera de nuestras fronteras. En materia educativa, entre las distintas acciones, se contemplaba la inclusión de contenidos relacionados con la Economía Social en los distintos ciclos educativos. Y en el plano internacional, se planteaba por ejemplo, el desarrollo de acuerdos comerciales justos entre países que favorezcan el respeto a los Derechos Humanos y la protección ambiental.
Por último, en el aspecto de contratación pública, destacábamos la importancia de que la administración pueda llevar a cabo procedimientos de diligencia debida que aseguren que no se vulneran los derechos humanos en el marco de la compra y la contratación pública.
El proceso participativo también incluyó una Consulta Integral al Sector Empresarial de preparación de la Estrategia. En dicha consulta también se implicó REAS y CEPES, de hecho el 10% de las más de 1900 empresas que participaron eran de la Economía Social.
La Economía Social y el Comercio Justo en la Estrategia de Desarrollo Sostenible
La promoción del Comercio Justo ha quedado recogida en la Estrategia de Desarrollo Sostenible de manera directa en relación con el ODS número 12 (Producción y consumo sostenibles) a través de la Compra Pública Ética. Pero además, la Estrategia recoge la propuesta realizada por la CECJ de incluir el desarrollo del consumo responsable a través de la realización de campañas de sensibilización a la ciudadanía y de la importancia de llevar a cabo campañas sobre el impulso a la Agenda 2030 y la reducción de desigualdades. En estas líneas de acción, el Comercio Justo queda incluido de manera indirecta.
En concreto, el Comercio Justo aparece explícitamente citado en el epígrafe titulado “Alineación de la contratación y de la compra pública: compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad social”. En el mismo se destaca el papel que la contratación y la compra pública pueden tener en el desempeño sostenible y social de las actividades económicas, a través de “clausulas sociales y ambientales que deberán atender a criterios de garantía de cumplimiento de derechos laborales, de condiciones especiales para personas con dificultades de acceso al mercado laboral, de comercio justo, de transferencia de conocimiento y retorno social o de impacto medioambiental”.
Por otro lado, las empresas de la Economía Social han quedado reconocidas en la Estrategia como un actor empresarial clave para Agenda 2030. «Los valores, objetivos y sistema de gobernanza que caracterizan la Economía Social nos acercan especialmente a la mirada que proponen los ODS, por lo que se hace necesario incentivar y fomentar la Economía Social como agente clave que contribuya a un crecimiento más inclusivo y sostenible, creador de empleo estable y de calidad», se puede leer en la Estrategia.