Sergi Corbalán, director ejecutivo de la Oficina de Incidencia de Comercio Justo (FTAO), con sede en Bruselas, nos explica el trabajo de lobby político de la entidad, sus logros y principales retos.

¿Cuándo nació la FTAO?

Nació en 2004 cuando las diferentes redes de Comercio Justo, es decir, EFTA (European Fair Trade Asociation), IFAT (actualmente Organización Mundial del Comercio Justo, WFTO), Fairtrade Internacional y, en aquel momento, NEWS (Red Europea de Tiendas del Mundo) decidieron que era necesaria una voz común, en Bruselas para hacer incidencia y campañas en políticas públicas europeas en favor del Comercio Justo y la justicia comercial.

En 2004 hubo un acuerdo entre estas redes, bajo el criterio de que el «todo es más que la suma de las partes” y la idea de que es mejor trabajar juntos y mostrarnos como un movimiento global.

Esta Oficina tiene el valor añadido de que representa a las diferentes familias del Comercio Justo y defiende el interés común, que es el concepto del Comercio Justo y el de la justicia comercial.

Es importante también destacar que el precursor de FTAO fue una oficina de EFTA creada en 2001.

¿Vuestra finalidad es incidir únicamente en ámbito europeo?

Cuando hablamos de incidencia nos referimos a dos niveles: por un lado, a la incidencia política directa con representantes políticos y funcionarios en Bruselas. Y, por otro lado, a la coordinación de campañas de incidencia conjuntas del movimiento de Comercio Justo en Europa y el trabajo con actores a nivel nacional.

Hacemos un gran énfasis en la incidencia en políticas europeas aunque nuestra voluntad es participar lo máximo posible con el mayor número de actores de Comercio Justo más allá de Europa. En este sentido, ya hemos trabajado en varias campañas con otras organizaciones. Una de ellas es la que tenemos en marcha actualmente “Comercio Justo más allá de 2015”.

Aunque nuestra esencia es la incidencia europea y la coordinación de campañas en este ámbito, cuando es posible también coordinamos campañas a nivel global.

Lo que no tenemos, y no existe actualmente, es una oficina de incidencia del movimiento del Comercio Justo mundial. Por ello dependiendo del proyecto, a veces tomamos la iniciativa y promovemos iniciativas más globales.

Esperamos que este tipo de proyectos se puedan desarrollar en el futuro ya que es mucho más beneficioso cuando hay una mayor cooperación de actores tanto del Norte como del Sur, de Este o del Oeste.

En Bruselas, y de cara a la Unión Europa, existen muchos lobbys de distintos sectores empresariales y económicos ¿Es fácil para el Comercio Justo abrirse un hueco en este panorama?

No es fácil porque, efectivamente, hay muchos lobbys de diferentes orígenes que defienden intereses tanto industriales, como de países, de otras organizaciones de la sociedad civil, etc.

No es fácil porque, sin querer entrar en victimismos y tomando en cuenta los datos más objetivos posible, el nivel de recursos no es el mismo. Si comparamos los intereses específicos de la empresa privada con los intereses de las organizaciones de la sociedad civil que defendemos aspectos de interés general, se trata de objetivos muy diferentes pero, a menudo, las organizaciones tenemos menos recursos.

Otro problema que hay que tener en cuenta es que la crisis actual en Europa, financiera y económica está provocando que, desgraciadamente, se tomen medidas y se desarrollen políticas pensando en el corto plazo.

También está el riesgo de que las políticas europeas se conviertan en más “eurocéntricas”, es decir, que se focalice en los problemas europeos a los que se les encuentra soluciones europeas para los problemas de los europeos.

Este marco, esta manera de ver la realidad no es muy favorable a una reflexión más global sobre la equidad, la justicia del sistema global económico y de comercio.

Por tanto, además de la falta de recursos actualmente parece que hay una falta de sintonía con los mensajes dominantes, con los instintos dominantes que llevan a la adopción de decisiones políticas más a corto plazo y “eurocéntricas”.

A pesar de todo, FTAO ha conseguido importantes éxitos ¿Cuáles destacarías como los logros más significativos?

Entre los tres más representativos, el primero sería el reconocimiento de la definición de Comercio Justo tal y como lo definen las redes del Comercio Justo por parte de las instituciones principales dela Unión Europea, es decir,la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo Económico y Social, y el Comité de las Regiones.

Hemos logrado que las dichas entidades cuando hablen de Comercio Justo se basen en lo que el movimiento entiende como tal y no en una versión rebajada de contenido o más simple. De esto nos sentimos orgullosos.

Otro éxito serían las políticas europeas respecto a la compra pública de productos de Comercio Justo donde cada vez más estamos logrando que la Unión Europea facilite y simplifique la introducción de criterios de Comercio Justo en la compra pública. Se trata de una herramienta muy importante con la que cuentan las autoridades públicas, en este sentido.

Y un tercer logro, que aunque es más bien interno lo consideramos fundamental, es conseguir que trabajen juntos en campañas actores del Comercio Justo que son diferentes, es decir, tanto plataformas nacionales como organizaciones de las que podemos llamar “tradicionales” del Comercio Justo, como las iniciativas del sello Fairtrade. Conseguir trabajar en proyectos comunes porque tenemos objetivos comunes, en sí mismo es también un logro.

Más información de la Oficina de Incidencia de Comercio Justo: www.fairtrade-advocacy.org

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