Bajo el lema “Somos Comercio Justo, ¿y tú?” cincuenta localidades españolas celebrarán el Día Mundial del Comercio Justo el próximo sábado 11 de mayo. Con esta jornada las organizaciones de Comercio Justo hacen un llamamiento a la ciudadanía a unirse a este movimiento internacional que lucha contra la pobreza y la desigualdad mundiales a través de otro modelo comercial basado en principios como garantizar unas condiciones laborales dignas, igualdad salarial entre hombres y mujeres, no a la explotación infantil o la protección del medio ambiente. Además, con motivo de las citas electorales, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo está realizando una campaña para solicitar al futuro Gobierno y a los próximos representantes en el Parlamento Europeo, Comunidades Autónomas y municipios, compromisos políticos que aborden aspectos como el cambio climático, la responsabilidad de las empresas en toda la cadena de fabricación o la educación en el consumo responsable.
“Este año, el Día Mundial del Comercio Justo tiene un especial carácter reivindicativo”, explica María Fernández, presidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. “En esta primavera electoral, estamos solicitando a nuestros futuros representantes políticos que promuevan leyes que obliguen a las empresas a respetar los derechos humanos y proteger el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de fabricación”, añade Fernández. Así las organizaciones de Comercio Justo han enviado un decálogo a los partidos políticos en el que, como principal medida la CECJ solicita que en España se replique la iniciativa llevada a cabo en Francia, que ha aprobado una ley en este sentido, denominada Ley de Diligencia Debida. Y en el ámbito europeo pide a los futuros europarlamentarios que la UE se comprometa en el desarrollo del Tratado Vinculante para las empresas transnacionales en materia de derechos humanos y medioambientales, que actualmente se está negociando en Naciones Unidas. “Es urgente una acción política que cumpla con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, especialmente en los objetivos referidos a la producción y consumo responsables, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la equidad de género y frenar el cambio climático”, subraya María Fernández.
Por otro lado, Mónica Gómez, vicepresidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, señala que “con el lema “Somos Comercio Justo, ¿y tú?” queremos apelar también a la ciudadanía, recordarles que nuestro consumo es nuestro voto diario por un tipo de mundo u otro.”
Algunas cifras significativas
Actualmente, según datos de Naciones Unidas, 783 millones de personas viven en la pobreza, es decir, con menos de 1’90 dólares al día. Aunque esta cifra se ha reducido en los últimos años, la desigualdad se ha acrecentado. En este mismo periodo, el 1% de la población más acaudalada recibió el doble de ingresos que el 50% más pobre. Por otro lado, el empleo, si no cuenta con unas condiciones dignas, no garantiza la superación la pobreza. De hecho, en todo el mundo, según la OIT, casi un tercio de la clase trabajadora vive en condiciones de pobreza sin poder cubrir sus necesidades básicas. Una realidad en la que las mujeres salen especialmente perjudicadas, ya que de media a nivel mundial ellas ganan un 23% menos que ellos. Por último, es importante destacar que el cambio climático afecta de manera especial a las comunidades más empobrecidas. En los últimos años más de la mitad de la tierra empleada para la agricultura se ha visto afectada por la degradación del suelo, una actividad en la que trabajan y de la que dependen directamente 2600 millones de personas.
Un movimiento internacional
Ante ello, el Comercio Justo plantea la necesidad de otro modelo económico y comercial que ponga a las personas y el medio ambiente en el centro frente a los intereses económicos. Así, el Comercio Justo se basa en principios como garantizar unas condiciones laborales dignas y seguras para sus productores y productoras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y ellas ante las mismas tareas, la no explotación laboral infantil y la producción a través de técnicas y procedimientos respetuosos con el entorno natural. De esta manera favorece la consecución de los llamados Objetivos Mundiales (Objetivos de Desarrollo Sostenible) adoptados por la ONU y que deberían cumplirse antes del 2030.
Dentro de la red internacional de Comercio Justo existen más de 2.000 organizaciones productoras repartidas en 75 países de África, Asia, América Latina y el Caribe, en las que trabajan más de 2 millones de personas. De ellas, tres de cada cuatro organizaciones se dedican a la producción de alimentación y de materias primas como el algodón. Por otro lado, y según la Organización Mundial del Comercio Justo, unas 250 entidades se dedican al textil o la artesanía.
En España, hay 150 tiendas y puntos de venta especializados, gestionados por las organizaciones de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. Además los productos están presentes en otros establecimientos minoristas, grandes superficies y cadenas de hostelería. En 2017 el consumo de Comercio Justo ascendió a 43 millones de euros, lo que supone un 8% más que el año anterior. La alimentación, y en particular el café, el azúcar y el cacao continúan siendo los artículos más vendidos. Pese al aumento de las ventas, nuestro país está a la cola en relación a nuestros vecinos europeos.
La celebración del Día Mundial del Comercio Justo está promovida en nuestro país por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) y cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Durante la jornada se invitará a la ciudadanía participar en la campaña en redes sociales #SomosComercioJusto.