Alba Nidia Rojas cultiva café de Comercio Justo. Ella vive en Valle de El General, en Costa Rica, y es una de las más de 7000 personas asociadas a la cooperativa Coopeagri. Esta organización, creada hace más de 50 años, permite a agricultores-as de café y azúcar de caña vivir con dignidad.
Esta entrevista se realizó durante la visita de Alba Nidia Rojas y Mariano Ponce a la Comunidad Valenciana en octubre de 2014, invitados por La Tenda de Tot el Món.
¿Cuál es su trabajo?
Soy pequeña productora de café. Comencé produciendo unos 8 sacos y en esta cosecha espero tener entre 35 y 40 sacos. Los sacos son de unos 46 kilos. Ante todo soy productora y luego, por una elección que hacemos en asamblea en el nivel de delegados, los productores y las productoras me han elegido para que los represente en el Consejo de Administración donde en estos últimos años he ejercido como secretaria.
¿Cuánto tiempo lleva en Coopeagri?
Como productora llevo 29 años y como asociada 28. Además, durante cuatro años estuve en el Comité de la Mujer y llevo 10 en el Consejo de Administración.
¿Qué es el Comité de la Mujer?
Es una organización que tenemos en Coopeagri, elegida por la asamblea, para apoyar y orientar a las familias y a los grupos de mujeres organizados.
¿Cuántas personas hay en Coopeagri?
Coopeagri comenzó en el 62, con 391 productores, entre los que había 10 productoras. Hoy somos algo más de 7000 productores de café y caña de azúcar, con 3.376 mujeres, en su mayoría jefas de hogar.
¿Se escucha más la voz de las mujeres en Coopeagri que en otras cooperativas u organizaciones?
Todavía nos falta mucho por hacer, pero nuestra estructura política y los números hablan por sí solos: tenemos una organización específica de la mujer, y hemos pasado de 10 a 3.376 mujeres que son las que estamos actualmente en Coopeagri.
Ha habido un avance para que las mujeres también puedan ser administradoras de su propia parcela y puedan tener su producción.
Esto no ha ocurrido en el 100% de los casos, no es todo perfecto, pero hemos avanzado mucho a diferencia de otras cooperativas u organizaciones.
En estos más de 50 años, ¿cuál es el mayor logro de Coopeagri?
Como organización, el crear una estructura social y ambiental que es un modelo a nivel nacional e internacional.
Desde el punto de vista del Comercio Justo, ¿cual es el aspecto que mas impacto ha tenido?
Yo lo resumo en una idea sencilla: no existiríamos sin el Comercio Justo.
Los pequeños productores, vendiendo a un precio por debajo de los costes, no habríamos podido seguir con nuestro trabajo. En algunos casos, no habríamos podido comer.
¿Cuál es la diferencia más importante que usted destacaría entre el Comercio Justo y el comercio convencional?
Yo marco tres diferencias del Comercio Justo respecto al otro comercio: cuidar a las personas, dignificarlas y cuidar el medio ambiente.
En el Comercio Justo no trabajan niños, se pide que se crezca en productividad pero sin dañar el medio ambiente y, además, somos los mismos productores los que decidimos qué hacer con la prima. Para mí todo esto es lo más importante.
¿Le gustaría transmitir algún mensaje en especial a los consumidores-as?
Me gustaría destacar que el Comercio Justo para nosotros significa, también, que los ancianos tengan un pequeño ingreso por mes, que los niños puedan educarse, que podamos dar formación a la mujer sobre cuestiones como las no agresiones o la violencia, es decir, que podamos tener una alternativa.
Para tener más impacto necesitaríamos poder vender más que ese 15% de nuestra producción que actualmente vendemos a las redes de Comercio Justo. Aquí en España, en los encuentros que estamos teniendo con la gente, algunas personas nos dicen “pero es que yo solo he comprado una cosa de Comercio Justo, o yo compro muy poquito”. Nuestro mensaje es que por poco que se haga para nosotros es bastante y es muy significativo.