El sector del cacao celebra su Día Internacional en un momento de incertidumbre ante la reducción de las cosechas. Los efectos del cambio climático (periodos de sequía, lluvias torrenciales, enfermedades de los árboles, plagas, cambios en patrones de lluvias …) están provocando un descenso significativo en la producción de cacao.

De hecho, la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por sus siglas en inglés) estimaba que la producción de cacao en la temporada 2023-2024 podría ser un 11% menor que la anterior.

 

La escasez de esta materia prima ha provocado un incremento de los precios en los mercados mundiales. Un aumento que no llega a los primeros eslabones de la cadena, más bien lo contrario.

Para los agricultores y agricultoras y las economías locales de los países productores, esto supone un grave problema, una reducción significativa de ingresos que se une a la pobreza endémica del sector.

Recordemos que en Ghana y Costa de Marfil, quienes cultivan cacao reciben aproximadamente un 40% menos del precio que debería cobrar por su producto para cubrir costes y tener una vida digna.

En esta industria millonaria (en 2024, la previsión mundial de ventas es de 127.000 millones de dólares), los agricultores y agricultoras reciben una parte minoritaria del pastel, y este porcentaje se ha ido reduciendo en las últimas décadas: Actualmente reciben entre un 3% y un 7% del precio de venta final de una tableta de chocolate, pero en la década de los 80 recibían el 16% y en los 70 recibían el 50%. Una muestra clara de la evolución de este mercado, en el que el valor del producto ha ido aumentando y concentrándose en los últimos eslabones de la cadena.

Con todo ello, entre las compañías del sector chocolatero, no ha habido un compromiso firme para garantizar ingresos dignos para los agricultores y agricultoras.

La pobreza en la que viven quienes se dedican al cultivo del cacao conlleva otras problemáticas como la explotación laboral infantil o la tala de bosques indiscriminada.

El apoyo del Comercio Justo

La producción y venta de cacao de Comercio Justo constituye un apoyo para las organizaciones productoras del sector.

Además de recibir precios dignos y estables por su producto, el mismo ellos y ellas por tareas similares, sus métodos de cultivo son respetuosos con el entorno natural y participan en iniciativas de formación que les permiten desarrollar medidas para reducir los impactos del cambio climático.

La superficie dedicada al cultivo de cacao de Comercio Justo se ha duplicado en los últimos 5 años, según datos de Fairtrade International incluidos en el informe El Comercio Justo le sienta bien a todo el mundo.

Costa de Marfil y Ghana, los principales países productores de cacao, lo son también en la red de Comercio Justo, aunque en el mercado de nuestro país encontramos un nivel muy importante de derivados del cacao producido en República Dominicana, Ecuador y Bolivia.

Descubre más sobre el cacao que le sienta bien a todo el mundo

Conocemos dos cooperativas que producen cacao Justo

En Ghana: Kuapa Kokoo

Productoras de cacao de Comercio Justo de la organización Kuapa Kokoo en GhanaSu nombre significa “Unión de buenos productores de cacao”. Es una organización formada por más de 50 cooperativas cacaoteras, cuyo funcionamiento es plenamente democrático. Nació como respuesta a la liberalización del mercado del cacao, para favorecer la organización de los campesinos y campesinas y su participación en la toma de decisiones en el comercio del cacao. Agrupa a casi 90.000 personas. Las ventas en Comercio Justo les han permitido mejorar la calidad de vida de sus miembros. Además desarrollan iniciativas de formación, especialmente dirigidas a mujeres, y proyectos comunitarios que cada cooperativa decide en función de sus necesidades.

 

En República Dominicana: Conacado

Las señas de identidad de Conacado son el compromiso con el Comercio Justo, la sostenibilidad y el empoderamiento comunitario. Gracias a los precios justos que garantiza la organización y a la capacitación y apoyo técnico que brinda a los agricultores y agricultoras, han podido aumentar sus rendimientos y mejorar la calidad de sus cosechas. De este modo, las familias acceden  a mejores servicios de salud, educación y vivienda, y también a una mayor seguridad alimentaria.

Conacado promueve la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Al fomentar su participación en las cooperativas y proporcionarles oportunidades de liderazgo, la organización ha contribuido a cambiar las normas culturales y sociales que históricamente las habían marginado.

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