Más de 2600 personas colaboran como voluntarias en las organizaciones de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. De ellas, tres de cada cuatro son mujeres. Entre las tareas que desarrollan destacan la atención en las tiendas y puestos de venta, organización de actividades relacionadas con el Comercio Justo, desarrollo de talleres y charlas en centros educativos o el apoyo a campañas de concienciación y denuncia.
Con motivo de la celebración del Día del Voluntariado (5 diciembre) queremos dar a conocer su trabajo y compromiso.
Además, transcribimos el mensaje que ofreció Merlinz Preeza, productora nicaragüense de café de Comercio Justo y vicepresidenta de la CLAC (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo)
Carmen Valdunciel, voluntaria de tienda SETEM
¿Cuándo conociste el Comercio Justo?
Conozco el Comercio Justo desde hace unos 20 años. Yo conocí Setem y el Comercio Justo a través de un congreso de Comercio Justo que se celebró hace unos 20 años. Fue un congreso muy interesante donde se dieron cita tanto productores como las ONG que traen los productos y personas que forman parte del Comercio Justo a nivel europeo. Me impresionó mucho todo lo que ya en ese momento suponía el movimiento del Comercio Justo. Pude conocer de primera mano lo que contaban los productores y lo que contaban personas que representaban a organizaciones europeas de Comercio Justo. Me pareció increíble. Era mi primer contacto con el Comercio Justo. Desde ese momento, he estado vinculada al Comercio Justo como consumidora y activista, siempre lo he tenido muy presente.
¿Cuánto tiempo llevas como voluntaria en Comercio Justo? ¿Cuáles son las tareas que realizas?
Como voluntaria en Comercio Justo llevo unos 3 años. Yo estoy en la tienda de SETEM como voluntaria dependienta. Vengo una vez a la semana, los jueves por la mañana y atiendo a los clientes y les doy toda la información de los productos de Comercio Justo que puedo.
¿Por qué decidiste colaborar como voluntaria en Comercio Justo?
Me gustaba la idea de estar en la tienda porque conozco bien el Comercio Justo. De esta manera estoy en uno de los extremos de la cadena del Comercio Justo. He conocido a cooperativas y a productores de Comercio Justo. He conocido cómo trabajan y por ello me parece interesante estar en la tienda, para vender esos productos que yo he visto como se hacen a la gente que viene a la tienda. De alguna manera es como completar el círculo de Comercio Justo y eso me parece interesante.
¿Qué tipo de preguntas hacen las personas que entran en la tienda?
El público pregunta mucho de dónde son los productos, por ejemplo “este chocolate que tiene tan buena pinta, ¿de dónde es?”, o “esta tetera tan bonita, ¿de dónde viene?” Yo intento contarle de qué país viene pero también, si puedes y si tiene tiempo, cual es la cooperativa, quiénes son las personas que han hecho ese cacao o esa tetera. Intento darle información adicional. Hay gente muy receptiva que te escucha toda la explicación, de manera muy atenta. Y hay gente que viene con más prisa, a la que no le puedes contar mucho, pero en la medida de lo posible por lo menos yo lo intento.
Elena Gómez, voluntaria de Comercio Justo en la Fundación Vicente Ferrer
«Me llamo Elena Gómez. Desde que me jubilé soy voluntaria de varias ONG. Antes sólo podía dar dinero, ahora puedo dar energía. Estoy en la Fundación Vicente Ferrer desde febrero de 2017. Colaboro en las Ferias de Comercio Justo de la Comunidad de Madrid, en el stand de la Fundación difundiendo los proyectos que realiza desde hace casi 50 años en el sur de India. Disfrutando una mañana de domingo en un colegio con niños que coloreaban mandalas, uno de ellos, de unos diez años, me dijo “con nuestra recaudación de este día, en esta jornada de puertas abiertas, vamos a ayudar a construir un aula de secundaria en un colegio de Anantapur. Con la del año pasado ya hemos construido la de primaria”. Emocionante!
Con las ventas en nuestro stand de los productos realizados en los talleres de la Fundación en la India por las mujeres en riesgo de exclusión social, con unas recaudaciones que a veces nos parecen mínimas, ellas obtienen un sueldo que les permite cubrir las necesidades básicas de su familia y les proporciona el reconocimiento de su valía en su entorno. Empoderar a las mujeres es una labor importante para crear una sociedad igualitaria y más justa. Es un privilegio poner mi granito de arena en el reto de Vicente Ferrer de eliminar la pobreza extrema. Regalar mi tiempo colaborando en los stand de la Fundación es gratificante y enriquecedor, y desde aquí aconsejo implicarse en una labor de voluntariado… siempre recibes más de lo que das. »
Pedro López Maestro, voluntario de Comercio Justo en la Fundación Vicente Ferrer
«Soy Pedro López Maestro. Todo empezó en el año 2007, mi madre y yo decidimos viajar a Anantapur a conocer a Parvati, la niña que tenía apadrinada. Visitamos todos los proyectos y nuestra mente no podía asimilar tantas emociones y sentimientos que se producían. Desde ese momento podía hacer dos cosas, mirar hacia un lado o implicarme a fondo, y elegí la segunda. Lo que más me impactó fueron los talleres artesanales donde las chicas trabajaban para vender esos productos de Comercio Justo en España. Me di cuenta que con poco dinero en India se hace mucho. Ahora tengo trabajo de voluntario en distintos proyectos y tenemos cuatro niños apadrinados. Cuando sale la oportunidad, ponemos el mercadillo de esos productos y vemos la buena acogida que tienen, lo bien trabajados que están y la ilusión y el empeño con que los hacen. He constatado el avance que se produce año tras año en Anantapur. Ver a esas chicas con discapacidad en esas condiciones me hizo plantearme varios proyectos. El proyecto Imanes solidarios fue uno de ellos, se hicieron 11000 imanes y se vendieron todos, con la recaudación de ese proyecto se han construido unas quince casas para personas con discapacidad. Cuando visito la India les voy a ver, este día es una jornada de alegría y felicidad. He implicado a mi familia en todo esto y juntos avanzamos. Quiero terminar con una frase de Vicente Ferrer “Cuando haces una acción buena, en algún lugar permaneces para siempre.”
Merling Preeza, productora de café y vicepresidenta de CLAC
«Creo que a veces ni ellos mismos son conscientes de lo que vale su trabajo para las familias productoras»
Merling Preeza es nicaragüense. Es productora de café de Comercio Justo y vicepresidenta de la CLAC (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo) En su reciente visita a España, con motivo del Encuentro de Ciudades por el Comercio Justo, quiso enviar este mensaje a los voluntarios y voluntarias de Comercio Justo:
“Para nosotros el voluntario está en nuestro corazón porque vale mucho lo que hacen. Creo que a veces ni ellos mismos tienen la dimensión de lo que vale su trabajo para las familias productoras. Su trabajo voluntario hace que muchas personas puedan vivir”.