Hoy representantes de organizaciones de Comercio Justo han anunciado que en la Cumbre del Clima que comienza el 7 de noviembre en Egipto, exigirán que se incremente la financiación para que las pequeñas organizaciones agrícolas puedan combatir el cambio climático, entre otras demandas.
Según el informe “Emergencia climática, producción de alimentos y Comercio Justo” presentado hoy, los efectos del calentamiento global reducirán en un 30% la producción agrícola mundial, si no se adoptan las medidas adecuadas. En el caso del maíz, trigo y otros cultivos, la disminución podría ser de hasta el 80% en el África meridional. Esta situación además de provocar inseguridad alimentaria, ahondará aún más en la pobreza de quienes se dedican a la agricultura.
El Comercio Justo demuestra que es posible desarrollar un modelo comercial que garantice una vida digna para los agricultores/as y que no perjudique el entorno natural, como describen las iniciativas incluidas en el citado informe.
“Desde la producción hasta el consumo, el comercio internacional provoca un impacto significativo en la crisis climática”, ha declarado Leida Rijnhout, directora ejecutiva de la Organización Mundial del Comercio Justo.
“El sistema de comercio mundial necesita una transición urgente hacia prácticas sostenibles, incluyendo la dimensión social que es la otra cara de la moneda de esta crisis” ha añadido.
Juan Pablo Solís, responsable de cambio climático de Fairtrade Internacional y uno de los representantes que acudirá a la COP27 ha explicado: “No podemos esperar que las pequeñas organizaciones agrícolas, que ya de por sí viven una situación de pobreza y vulnerabilidad y a quienes se les pagan precios muy bajos por su producción, asuman todo el coste de la transición ecológica”.
Además ha recordado que “los países ricos deben cumplir el compromiso de los Acuerdos de París y alcanzar los 100.000 millones de dólares de financiación para ayudar a las comunidades más vulnerables a combatir una crisis que no han provocado.”
Estas demandas corroboran las conclusiones del estudio “Emergencia climática, producción de alimentos y Comercio Justo” que se ha presentado hoy. “Según cálculos del FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), los países en desarrollo necesitarían entre 180.000 y 300.000 millones de dólares anuales para acciones de adaptación al cambio climático”, ha explicado Alberto Abad, presidente de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.
El informe también concluye que el cambio climático supone una seria amenaza para la producción de alimentos. Los fenómenos extremos como tormentas, huracanes o sequías arrasan los cultivos, destruyen infraestructuras agrícolas y provocan la desertificación y la disminución de tierras cultivables. El FIDA también alerta de que, si no se realizan las medidas políticas y climáticas adecuadas, la producción de maíz, trigo, mijo, guisantes y otros productos en 8 países del África meridional podría descender hasta un 80%. En el caso del café, la superficie apta para su cultivo se podría reducir en un 50% de aquí a 2050. Y, en términos generales, el rendimiento de la agricultura mundial podría disminuir en un 30% de aquí a 2050, según una investigación reciente de Oxfam.
Por otro lado, el informe destaca el importante papel de las pequeñas organizaciones agrícolas, que constituyen el 95% de las explotaciones de todo el mundo. Estas son quienes producen un tercio de los alimentos que se consumen a nivel mundial, y en los países en vías de desarrollo suponen entre el 60 y el 80% de los alimentos consumidos ahí. Su papel es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y frenar el cambio climático. Sin embargo, en su mayoría viven en la pobreza. El 80% de las personas en situación de extrema pobreza viven en zonas rurales y por tanto tienen especial dificultades para hacer frente a los efectos del cambio climático y combatirlo.
El futuro no pinta muy halagüeño ya que la falta de oportunidades, unido a la dificultad de contar con ingresos estables y dignos, hace que gran parte de la población rural abandone el campo. El Banco Mundial estima que de aquí a 2050, 143 millones de personas de América Latina, África subsahariana y Asia meridional podrían emigrar a las ciudades por motivos climáticos.
En el informe se pone de manifiesto el impacto del comercio y la producción convencional en el cambio climático.
Diversos organismos de ONU señalan que los niveles insostenibles de producción y consumo son los responsables de las emisiones de una cantidad alarmante de dióxido de carbono y otros gases perjudiciales a la atmósfera.
La agricultura comercial es la causante del 80% de la deforestación en todo el mundo. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques. Por otro lado, el proceso de degradación del suelo, que ya afecta a más de un tercio de la superficie global, se ha disparado a causa principalmente de la eliminación de praderas y sabana para fines agrícolas.
Por último, la publicación explica cómo el Comercio Justo y sus prácticas demuestran que es posible un modelo comercial respetuoso con el medioambiente y con una vida digna para sus trabajadores y trabajadoras.
El pago de precios dignos y estables, la remuneración salarial adecuada, y la formación y asesoría facilitan a las organizaciones agrícolas realizar una transición ecológica, manteniendo la productividad e ingresos. En el informe se describen algunas iniciativas realizadas por organizaciones de Comercio Justo de América Latina, África occidental y Asia para combatir el cambio climático y a la vez mantener su nivel de producción e ingresos.
Documento de posicionamiento y demandas del Comercio Justo ante la Cumbre del Clima COP27.
El informe “Emergencia climática, producción de alimentos y Comercio Justo” ha contado con financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de Coordinadora Estatal de Comercio Justo y no refleja necesariamente la opinión del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Pedimos a la Comisión Europea más financiación climática para organizaciones agrícolas
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo nos hemos unido a la iniciativa de GEPA para pedir a Frans Timmermans, comisario de Protección del Clima en la Comisión Europea, que durante las negociaciones de la Conferencia sobre el Cambio Climático de este año, la COP 27 abogue por que los programas e instrumentos financieros internacionales se centren en las necesidades de las pequeñas organizaciones agrícolas y promuevan la agroecología. Los recursos financieros, la formación y el asesoramiento de expertos a este respecto deben ponerse a disposición de las pequeñas organizaciones productoras de la forma menos burocrática posible para que puedan armarse contra las inevitables consecuencias de la crisis climática y preservar sus medios de vida.
La iniciativa ha sido apoyada por varias organizaciones de Comercio Justo europeas.