El 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. Según Naciones Unidas la justicia social “hace que las sociedades y las economías funcionen mejor. Desempeña un papel importante en la consecución de vías de desarrollo socioeconómico más inclusivas y sostenibles”.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de justicia social?

Cuando hablamos de justicia social nos referimos a la igualdad de oportunidades, a la equidad, es decir, a la necesidad de reducir las dificultades que sufren los colectivos más vulnerables y marginados, para que puedan alcanzar un nivel de vida digno.

  • Hablar de justicia social significa repartir la riqueza de una manera más justa y reducir la brecha entre la población más rica y la más pobre.

 

  • Hablar de justicia social significa avanzar como sociedad en su conjunto hacia un futuro mejor para todas y todos, no solo para una parte de esta sociedad.

 

  • Hablar de justicia social significa luchar contra las desigualdades: desigualdad económica, desigualdad de género, desigualdad de oportunidades, desigualdad educativa, desigualdad social.

 

  • Hablar de justicia social significa luchar contra cualquier forma de exclusión.

 

  • Hablar de justicia social significa hablar de trabajo decente, de igualdad salarial entre hombres y mujeres, de libertad sindical y asociativa, de lucha contra la explotación laboral infantil.

 

En definitiva, hablar de justicia social es hablar de Derechos Humanos, de bienestar social, de desarrollo personal, de avances colectivos, de feminismo, de equidad y de solidaridad social.

 

Y el Comercio Justo en todo ello tiene mucho que decir.

El Comercio Justo, a través de sus 10 principios, contribuye a avanzar en la justicia social en los más de 70 países donde trabajan las organizaciones productoras.

 

 

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