Con motivo del Día Mundial de la Mujer Indígena, 5 de septiembre, hemos entrevistado a Nancy Hernández, representante de la organización hondureña COMUCAP, productora de café y otros productos de Comercio Justo. Las campesinas que forman esta asociación pertenecen al pueblo lenca.
COMUCAP es una de de las organizaciones productoras con las que trabaja la ONG COPADE, que ha facilitado esta entrevista.
¿Cuál es su trabajo en COMUCAP?
Trabajo como jefa de control de calidad del café, también soy catadora y tostadora.
¿Desde cuándo está en COMUCAP?
Yo llevo 6 años en la asociación, soy socia. Para mí, COMUCAP ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida en cuanto a mi desarrollo personal y profesional.
COMUCAP está formada por mujeres…
Somos mujeres con una idea muy diferente ya que queremos que las mujeres se vayan desenvolviendo en su medio. Son pocas las oportunidades que nosotras tenemos aquí en Honduras por el nivel de machismo que hay. Por eso, queremos que la mujer haga tareas en diferentes áreas.
¿En qué aspectos la mujer está más discriminada que el hombre?
La mujer está discriminada en la toma de decisiones. Por ejemplo, muy pocas llevan la gestión o son gerentes de un área de trabajo porque han sido marginadas. Muchas veces aquí se dice que la mujer no tiene la suficiente capacidad para ejercer un trabajo. Y lo que quiere COMUCAP es demostrar que las mujeres podemos hacer estos trabajos. En esto, creo que mi experiencia ha sido importante porque soy gerente de mi propia empresa. Soy de las pocas mujeres en Honduras que trabajo en un puesto así y como jefa de control de calidad del café. He luchado mucho para ello y creo que mi ejemplo puede servir y demostrar que nosotras podemos conseguirlo.
¿Ha cambiado la situación de las mujeres a partir del trabajo realizado por COMUCAP?
Con la organización va creciendo la idea de que nosotras podemos estudiar, luchar, ser alguien en la vida. Para esto lo más importante es la actitud de cada una de las mujeres, su autoestima y la creencia de que tenemos la capacidad de superarnos.
¿Cuáles son los valores que definen al pueblo lenca?
La ciudad de Marcala pertenece al pueblo lenca, también mi familia lo es, y yo soy una de ellas. Uno de los valores principales para nosotros es la disciplina, ese es muy importante, y también el respeto. La lucha es otro de nuestros valores.
Somos un pueblo en el que las mujeres diariamente sostienen a su familia,
ellas salen al mercado a vender sus tortillas, son mujeres luchadoras. Además, la familia es fundamental. Es muy importante para nosotros ir enseñando los valores a nuestros hijos para que no acaben aquí sino que se vayan transmitiendo poco a poco.
¿Sienten ustedes que su cultura puede perderse o está suficientemente bien arraigada?
No, hay aspectos que jamás cambiarán, por ejemplo nuestros valores, el quiénes somos, dónde estamos, dónde vivimos… eso no podrá cambiar porque es nuestra propia identidad, nuestra raíz. Pero hay algunas cosas que sí van cambiando, por ejemplo, la situación de la mujer.
¿Cómo es un día cualquiera de una mujer lenca desde que se levanta hasta que se acuesta?
La mujer de aquí, en un día normal se levanta a las 4 de la mañana, atiende a sus hijos, da de comer a los animalitos, a las gallinas, echa tortillas, se dedica a los quehaceres de la casa (a lavar, tener la comida a tiempo … ) Pero para mí ya no es tan igual, creo que está cambiando un poco todo esto porque muchas mujeres tratamos de salir de la casa y obtener información nueva. La mentalidad ha cambiado y el hombre y la mujer, al menos en mi caso, trabajamos de la mano, en igualdad.
Las que viven en las aldeas tal vez sí siguen en esa idea de que la mujer tiene que limitarse a la casa, a los hijos y al esposo. Mi mamá vivió así pero yo ya no vivo esa vida. Entonces, somos como una segunda generación.
¿Cree que el Comercio Justo ayuda a cambiar esa mentalidad?
Si, yo pienso que el Comercio Justo ha venido a dar oportunidades ya que involucra a toda la gente. Por ejemplo aquí, en Marcala, lo que mueve la economía de la zona es el café. El tener un precio justo por nuestro producto y hacer acciones sociales de mejoramiento de la educación, de la escuela… esto nos da oportunidades a todos, y en ello las organizaciones están involucradas. Esto es lo bueno. Lo peor que se podría hacer aquí es dar dinero a la gente.
El Comercio Justo lo que consigue es que la gente y, concretamente, las mujeres estén involucradas.
Es importante porque aquí si hay “pobreza mental”, esto es, si una mujer no tiene asesoría y no recibe formación, esa persona no va a pensar cómo hacer cosas buenas en su comunidad.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los consumidores?
Les diría que sigan consumiendo nuestros productos. Producir café es un trabajo bastante duro, tanto la siembra como todo el proceso. Tener un precio adecuado nos permite mejorar nuestro nivel de vida porque en Honduras carecemos de varias cosas.
Poder vender nuestro producto nos hace crecer, sobre todo, como personas.
Pero supone también un apoyo porque con nuestro café podemos contar nuestro origen, quienes somos y qué es lo que hacemos… muchas personas compran productos pero no saben de dónde viene, quién lo ha producido, quién lo ha hecho.