La Coordinadora Estatal de Comercio Justo publicamos el llamamiento emitido por Fair Trade Advocaacy Office, la Organización Mundial del Comercio Justo y Fairtrade International, ante la próxima Cumbre del Clima COP28.
En él, demandan a los gobiernos, empresas y líderes mundiales que intensifiquen sus esfuerzos conjuntos y adopten medidas climáticas audaces, inmediatas, significativas e inclusivas antes de que sea demasiado tarde:
A unos días del inicio de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático COP28 en los Emiratos Árabes Unidos, las organizaciones de Comercio Justo exigimos que se cumplan los compromisos financieros para apoyar a los países y comunidades más expuestos a los riesgos climáticos.
«El cambio climático se ha vuelto imposible de ignorar, al igual que el hecho de que sus impactos son injustos y desiguales«, dice Sophie Aujean, Directora de Promoción Global de Fairtrade International. «Nuestra conclusión general es de frustración con nuestros líderes políticos globales. El movimiento de Comercio Justo está asumiendo su parte de responsabilidad para construir un mañana mejor con determinación, pero el futuro de nuestro planeta depende de todos nosotros. Hacer frente a la emergencia climática requiere un enfoque compartido».
Las tres organizaciones autoras del llamamiento, que representan a más de dos millones de personas que trabajan en cooperativas y pymes de los sectores agrícola, textil y artesano, destacan que la financiación climática puede desempeñar un papel significativo, pero solo si se abordan adecuadamente las deficiencias actuales.
«Para crear un impacto significativo y duradero, la justicia climática debe ser la base de toda acción climática, pero la ventana de oportunidad se está reduciendo rápidamente y debe aprovecharse ahora«, dice Charlotte Vernier, Coordinadora Senior de FTAO y líder en Cambio Climático y Deforestación.
Demandas concretas
El movimiento de Comercio Justo identifica varias áreas de mejora inmediata que ayudarán significativamente a la financiación climática a cumplir sus objetivos.
- Dado que los flujos de financiación de la adaptación se sitúan entre cinco y 10 veces por debajo de las necesidades estimadas, es más urgente que nunca dar prioridad a las acciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ayuden a las comunidades a adaptarse.
- Es necesario abordar las barreras estructurales restantes: los productores, especialmente las pequeñas organizaciones agricultoras, deben tener acceso a productos y servicios financieros que se adapten a sus necesidades para permitirles ser más resilientes al clima y hacer la transición a una agricultura sostenible. Esto incluye plazos de pago flexibles, tasas de interés más bajas y procesos de solicitud simplificados.
- Por último, el fondo de pérdidas y daños acordado en la COP27 no debe empantanarse en discusiones interminables sobre quién paga qué. Los países más vulnerables al clima ya sufren de manera desproporcionada por una catástrofe climática que no es provocada por ellos.
«La financiación climática juega un papel importante, pero no es una varita mágica«, advierte Vernier. «Un enfoque multidimensional es esencial para comprender, prevenir y hacer frente a las consecuencias de la crisis climática a la que nos enfrentamos«.
La declaración conjunta deja claro que para lograr una transformación genuina, los líderes mundiales deben mirar urgentemente el panorama general y las formas concretas de apoyar a las pequeñas empresas y para que cambien hacia prácticas resilientes al clima.
«No puede haber justicia climática sin justicia comercial, y viceversa», dice la directora ejecutiva de la WFTO, Leida Rijnhout. «Las empresas de Comercio Justo están aprovechando el cambio que necesitamos para pasar de un sistema económico que se nutre de prácticas explotadoras y extractivistas a uno justo, tanto para las personas como para el planeta. A través de su modelo de negocio, están demostrando que existen alternativas: si seguimos su ejemplo, tenemos una oportunidad concreta de lograr un desarrollo sostenible«.
La participación activa de las partes interesadas locales, incluidos los agricultores y agricultoras y las comunidades, es esencial para diseñar, priorizar, implementar y monitorear herramientas climáticas eficientes. “Las comunidades agrícolas están en la mejor posición para identificar desafíos y soluciones específicos en su contexto local», explica Juan-Pablo Solís, Asesor Principal sobre Clima y Medio Ambiente de Fairtrade International. «La experiencia y el conocimiento tradicional de los agricultores y agricultoras son clave, pero la transición a la agroecología es inasequible para la mayoría de ellos debido a los precios injustos del mercado y los desequilibrios de poder en las cadenas de suministro«.
«Por lo tanto, para que las leyes emergentes de la cadena de suministro sean verdaderamente transformadoras, los líderes mundiales y los responsables políticos deben intensificar los esfuerzos para romper los silos restantes y vincular de manera eficiente las medidas para facilitar la descarbonización con una lucha global contra las desigualdades y la pobreza«, concluye Vernier.