Quiénes somos
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) es la plataforma española que agrupa a organizaciones del movimiento de Comercio Justo vinculadas a la Economía Social.
Fundada en 1996, actualmente agrupa a 29 entidades con presencia en 17 Comunidades Autónomas. Su finalidad es la transformación de la realidad social y las reglas del comercio a través de la incidencia en las políticas públicas, la sensibilización y movilización de la sociedad y el fortalecimiento del sector de Comercio Justo.
La CECJ trabaja bajo los principios del Comercio Justo, que se alinean con los de la Economía Social y Solidaria. Además, forma parte de la Organización Mundial del Comercio Justo, así como de REAS, la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, y trabaja en red con otras organizaciones como la Plataforma de Empresas Responsables o la Alianza Cero Deforestación.
Toda la actividad de la CECJ se enmarca en la Estrategia de Educación para el Desarrollo en la que las diferentes líneas de acción van encaminadas hacia la generación de una visión de ciudadanía global a través del conocimiento, la concienciación y el compromiso ciudadano mediante la difusión de los principios y valores del Comercio Justo y su aportación específica al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Estrategia de actuación de la CECJ se concreta en el plan de trabajo anual que es elaborado de manera consensuada entre las organizaciones miembro y aprobado de manera democrática en Asamblea.
Los documentos por los que se rige la actividad de la CECJ están disponibles en este enlace
Misión
La misión de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo es fortalecer el movimiento Comercio Justo en nuestro país a través de una voz común con nuestras organizaciones con la que llegar al conjunto de la sociedad española.
Visión
Queremos conseguir una mayor justicia social, económica y medioambiental en todo los rincones del planeta implicando a la sociedad española en la tarea común de hacer del mundo un sitio más justo y sostenible.
Valores
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo suscribe los 10 principios establecidos a nivel internacional por la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO, en sus siglas en inglés).
Son valores compartidos por todas las organizaciones de este movimiento internacional: cooperación, solidaridad, justicia, participación, transparencia, responsabilidad, respeto, compromiso y sostenibilidad.
Nuestra trayectoria
En España el Comercio Justo comenzó en 1986, con la apertura de las dos primeras tiendas, una en Donostia-San Sebastián de la mano de Emaús y la otra en Córdoba por la cooperativa Sandino (hoy IDEAS). En los 90 se fueron constituyendo la mayor parte de las organizaciones que conforman en la actualidad el movimiento del Comercio Justo. De hecho en 1996, 17 de estas entidades se unieron para crear la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) con la finalidad de aunar esfuerzos y fortalecer esta alternativa de la economía social.
Desde sus inicios, las señas de identidad y líneas de acción de la CECJ han sido la sensibilización y concienciación de la ciudadanía, la incidencia política y social, y la autorregulación y defensa del sector a través de la transparencia y mecanismos de garantías.
Desde su creación, la CECJ ha formado parte de las redes internacionales de Comercio Justo y a lo largo de su trayectoria se ha integrado en plataformas de organizaciones de cooperación al desarrollo y de economía social, y se ha aliado con entidades diversas para unir esfuerzos en la consecución de objetivos comunes.
Aquí te contamos los hitos más destacados de nuestra trayectoria:
Nuestra teoría del cambio
La CECJ hacemos nuestra la Teoría del cambio de la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO).
La forma en la que está estructurada nuestra economía en este momento no está funcionando, ni para el planeta ni para la gente. Creemos que nuestro sistema económico actual es, por sus cimientos, extractivista, lo que impide una distribución equitativa de la riqueza, perpetúa la desigualdad social y económica y acelera la degradación ambiental a un ritmo alarmante. Hoy en día, las empresas siguen priorizando los beneficios a corto plazo por encima de la sostenibilidad a largo plazo: quieren producir cada vez más para transferir a los accionistas, sin importarles quién o qué paga el precio.
