“Para disfrutar de un buen café, no hace falta que termine molido nadie”. Este es el eslogan de la campaña de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo presentada el pasado 1 de diciembre. Con esta iniciativa se pretende destacar el Comercio Justo como una alternativa comercial que beneficia tanto al consumidor como al productor ya que garantiza sus derechos y una calidad de vida digna. La campaña, que se compone de spot, cuña, anuncios para prensa, banner y firma de e-mail, cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

En la presentación Antonio Baile ha destacado que “en nuestras compras es fundamental garantizar nuestros derechos como consumidores pero también los derechos de las personas que los elaboran”.

El café es, después del petróleo, el producto que genera un mayor volumen de negocio en todo el mundo. Se estima que anualmente se consumen 600.000 millones de tazas de café. En 2010, su comercialización generó 16.500 millones de dólares en ingresos a los países exportadores, según la ONG Setem. Los principales países productores son Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía. Mientras que los principales compradores son la Unión Europea (especialmente Alemania, Italia, Francia, Bélgica y España), Estados Unidos y Japón.

El precio del café se fija en las Bolsas de Nueva York, Londres y otras europeas, y está sujeto a una gran volatilidad. Sin embargo, el Comercio Justo establece un precio fijo a los grupos productores, independientemente del fijado en el mercado internacional de manera que les permita cubrir los costes básicos y asegure unos salarios dignos. Un reciente estudio de Intermón Oxfam centrado en Uganda señala que en la cadena de Comercio Justo, los productores y productoras de café de dicho país reciben un 12% del precio final de cada paquete de 250 gramos, mientras que en el caso del comercio convencional reciben el 5%.

Además, en los procesos de producción de Comercio Justo se garantiza que no ha habido explotación laboral infantil y que se ha respetado la igualdad entre trabajadoras y trabajadores. El Comercio Justo asegura el uso de técnicas y materiales que protejan el medio ambiente.

 

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