El Consell de Govern de la institución aprobó, durante la última sesión celebrada a finales de 2012, un manifiesto de apoyo al modelo de comercio internacional basado en valores y principios de igualdad, respeto, sostenibilidad y solidaridad.
Como agente educador, la Universitat se considera con la obligación de contribuir a un modelo más sostenible que haga posible una vida digna y un trabajo decente, a la vez que garantizar el acceso a recursos suficientes para el bienestar de las generaciones futuras.
La vicerrectora de Sostenibilidad, Campus y Planificación, Clara Martínez, explica que el Comercio Justo y el consumo responsable son prioritarios en el proyecto transversal Campus Sostenible de la Universitat de València, integrados en la línea de trabajo de compromiso social y participación. “Antes de llegar a este manifiesto, hemos adelantado varias actuaciones para hacer efectivo nuestro compromiso con el Comercio Justo, como por ejemplo la introducción en los pliegos de contratación de exigencias a los proveedores de productos de Comercio Justo, que contarán con criterios de valoración preferente, y no implican un coste más elevado. Por otra parte, también hace falta recordar nuestra adhesión a la Red Española de Universidades Saludables”, argumenta Martínez.
La institución académica quiere contribuir a construir una sociedad con responsabilidad compartida en la solución de las problemáticas surgidas a raíz de las dificultades y perjuicios que las reglas de comercio internacional causan a los pequeños grupos de agricultores y artesanos, principalmente en los países empobrecidos, como por ejemplo el pago de precios bajos por la producción, la degradación ambiental y la vulneración de los derechos laborales básicos, muy graves cuando se trata de explotación infantil.
Erradicación de la pobreza y la explotación infantil
La Universitat de València entiende el Comercio Justo como un sistema alternativo en el ámbito internacional basado en el respeto hacia a los derechos de los productores y reconocido por el Parlamento Europeo como herramienta eficaz para la erradicación de la pobreza. Estas directrices demuestran que es posible una organización socioeconómica más justa, solidaria y sostenible, puesto que permiten una distribución más equitativa de los recursos y beneficios generados en toda la cadena de producción, con el pago de precios justos, el respeto a los derechos laborales básicos promulgados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la lucha contra la explotación infantil, la promoción de la equidad de género y el respeto hacia al medio ambiente.
La apuesta de la Universitat de València por el Comercio Justo también tiene el objetivo de sensibilizar a toda la comunidad universitaria sobre la realidad de los grupos de agricultores y artesanos, favorecer el consumo responsable y divulgar modelos de desarrollo sostenible.