Con motivo del 15 marzo, Día Mundial de los Derechos de los Consumidores, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo recuerda la importancia de conocer quién y en qué condiciones se han elaborado los productos que consumimos, con el fin de evitar la consolidación de situaciones de esclavitud moderna, trabajo forzoso o explotación laboral infantil. Las organizaciones de Comercio Justo destacan que en la cadena comercial el cliente es quien tiene la capacidad de elegir y de favorecer unas determinadas prácticas comerciales u otras.

Según datos del Banco Mundial, el 75 % de las personas que viven en la pobreza residen en zonas rurales y se dedican a la agricultura.

Por otro lado la OIT alerta de que más de 25 millones de personas sufren situaciones similares a la esclavitud. Casi el 70% de ellas trabajan en sectores como la agricultura, la pesca o la minería.

Así, se puede afirmar que muchos de los alimentos y otros artículos que consumimos habitualmente esconden condiciones inhumanas y violación de los Derechos Humanos.

Ante realidades como estas, derivadas de un modelo comercial que supedita el beneficio económico al respeto a los derechos laborales y humanos, las organizaciones de Comercio Justo recuerdan a los y las consumidores/as que tienen poder para evitarlas en la medida en que opten por alternativas económicas sostenibles y humanas.

Asimismo, Naciones Unidas en la llamada Agenda 2030 que tiene por finalidad acabar con la pobreza y lograr el desarrollo global, ha establecido como dos de sus Objetivos, por un lado, el fomento del consumo y la producción sostenibles, y por otro lado, el fomento del trabajo decente. La ONU destaca que ambos son necesarios para combatir la pobreza y favorecer la prosperidad y una mejor calidad de vida para todos y todas.

El Comercio Justo se basa en aspectos como asegurar unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y ellas ante las mismas tareas, la no explotación laboral infantil y la producción a través de técnicas y procedimientos respetuosos con el entorno natural. De esta manera, y a través de sus 10 principios, el Comercio Justo contribuye al desarrollo de las comunidades desfavorecidas y al avance los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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