Suele decirse que cuando Estados Unidos estornuda, los países de todo el mundo contraen la gripe. Observando cómo se ha extendido por todo el globo la crisis financiera iniciada en este país, parece evidente que este dicho se ha cumplido.

Con sus más de 14 billones de dólares de PIB (la mayor economía del mundo, sólo igualada por el conjunto de la Unión Europea), Estados Unidos pudo hacer frente al impacto de esta crisis y a duras penas empezar a salir de ella tras un tiempo, mientras que otros países con economías mucho menos potentes (el PIB de Bangladesh asciende a 70.000 millones de dólares aproximadamente) están sufriendo bastante más tratando de hacerle frente.

 

En el mundo de hoy productos y mercados están interconectados a través del fenómeno de la globalización. Aun así, pocos países han rebajado sus barreras al comercio internacional.
La desaceleración económica global tiene consecuencias drásticas en países en desarrollo como Bangladesh.
Aquellos que dependían de Estados Unidos, la Unión Europea o Japón como mercados a los que exportar sus productos, se enfrentan ahora a graves dificultades para mantener sus niveles de crecimiento económico. Esto ha afectado a su vez a los ingresos de divisas y a la creación de empleo en los países en desarrollo.
La crisis mundial está afectando negativamente a Bangladesh en tres sectores especialmente: las exportaciones, el flujo de ayuda internacional y de inversiones extranjeras directas (IED), y las remesas de los trabajadores. Alrededor del 75% de las exportaciones de prendas de vestir y textiles, y del 80% de las exportaciones de artesanías tienen por destino Estados Unidos o Europa.

 

Pero estas exportaciones han caído en un primer momento debido a la ausencia de demanda. En respuesta a la crisis, las y los consumidores de en estos países han desviado el grueso de sus gastos a satisfacer necesidades básicas, en detrimento de bienes no esenciales.

 Lee el artículo completo en el PDF adjunto.

 Este artículo fue publicado en el informe «El Comercio Justo en España 2010. Crisis, impactos y alternativas», editado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

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