2200 millones de personas malviven en la pobreza. Además, el hecho de tener un trabajo no garantiza salir de ella, según el último informe del PNUD. El 20 febrero, Naciones Unidas celebra el Día Mundial de la Justicia Social con el fin de llamar la atención ante la importancia de lograr el desarrollo social a través, principalmente, del fomento del empleo decente. El Comercio Justo, una alternativa económica que agrupa a unos 2 millones de trabajadores-as en todo el mundo, favorece el desarrollo y garantiza una vida digna para los sectores sociales más empobrecidos.

 

830 millones de personas son trabajadores pobres, es decir, malviven con menos de dos dólares al día, y más de 1500 millones de personas tienen un empleo vulnerable y carecen de condiciones de trabajo dignas. Estos son dos de los datos incluidos en el informe de Desarrollo Humano de 2015. Ante esta realidad, Naciones Unidas señala en este Día Mundial de la Justicia Social que es necesario apoyar la labor de la comunidad internacional para “erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos”.

En este sentido, el Comercio Justo asegura unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y ellas ante las mismas tareas, la no explotación laboral infantil y la producción de manera respetuosa con el entorno natural. Este movimiento está presente en más de 70 países y en la actualidad agrupa a unas 2000 organizaciones productoras en las que trabajan 2 millones de personas.

 

Una investigación realizada por CEVAL para Trans Fair Alemania y Max Havelaar Suiza, que analizó los efectos del Comercio Justo en poblaciones rurales de Kenia, Ghana, Perú e India concluyó que los trabajadores y trabajadoras de organizaciones de Comercio Justo tenían ingresos más altos y estables que otros trabajadores de su sector, con los que podían llevar una vida digna.

 

En España, el consumo de Comercio Justo alcanzó los 35 millones de euros en 2015, según el último informe de ventas elaborado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo. En las tiendas y organizaciones de dicha entidad 150 personas trabajan de manera directa y unas 2300 colaboran como voluntarias.

 

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