El pasado 9 de mayo fue publicada en la versión impresa de El País, en la sección “Merienda con Peter Baleke” una entrevista con el activista ugandés Peter Baleke Kayiira. En dicho texto se denuncia la sistemática expropiación de tierras a campesinos, un ejemplo más del actual expolio de la soberanía alimentaria del África subsahariana que realizan diversas multinacionales con la connivencia de gobiernos, justicia y fuerzas del orden locales, tal y como vienen denunciando diversas organizaciones sociales (en el caso español, destaca Veterinarios Sin Fronteras al frente de la campaña Paren, aquí vive gente). En la entrevista la denuncia apunta directamente al gobierno ugandés y a la empresa transnacional alemana Neuman Kaffee Gruppe como responsables de la expulsión de campesinos cafetaleros de zonas especialmente fértiles y productivas. Al final de la misma, se afirma que el café allí producido, ahora por esta transnacional, se vende a través de redes de Comercio Justo, lo que supone una incoherencia entre los principios defendidos por este movimiento y las prácticas denunciadas.

Desde la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), plataforma que agrupa a 30 organizaciones y principal voz e interlocutor de este movimiento en el Estado español, nos sumamos a la preocupación y denuncia principal de este artículo en torno a estas expulsiones que ponen en grave peligro las condiciones de vida y trabajo de miles de campesinos, atacando sus derechos más fundamentales y soberanía alimentaria. Ahora bien, también queremos puntualizar la información concreta referida al Comercio Justo. Tras varias consultas e investigaciones, confirmamos que la empresa Neuman Kaffee Gruppe, con presencia en los 5 continentes, comercializa algunas líneas de café certificado con algún sello de Comercio Justo. Sin embargo, ninguna de estas líneas de café de Comercio Justo proviene de Uganda, cuyo café cuenta con certificaciones medioambientales, pero ninguna relacionada con el movimiento del Comercio Justo. Así pues, según nos consta, no es cierto que el café producido por esta empresa en las tierras arrebatadas a las y los campesinos ugandeses en Mubende se comercialice a través de las redes de Comercio Justo, ya que no hay organizaciones de dicho movimiento implicadas en la misma ni el producto cuenta con certificaciones específicas que le permitiese venderse a través de entidades y canales externos a este movimiento.

Nada de esto resta importancia a las acusaciones y prácticas expuestas en la entrevista, a cuya denuncia nos sumamos desde la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, apoyando las iniciativas lanzadas tanto en el Norte como en el Sur para combatirlas. Tampoco somos ajenos a la necesidad de mantener la guardia y seguir mejorando continuamente los mecanismos de control que aseguren que los productos de Comercio Justo que llegan a las y los consumidores finales respetan escrupulosamente los criterios y principios defendidos por este movimiento de economía social y solidaria.

Exigimos, pues, que se traten estos temas que nos conciernen con el suficiente detalle y rigor que el asunto merece a fin de evitar acusaciones que, cuando menos, necesitan muchas matizaciones cuando no son, directamente, erróneas o falsas. Todo ello a fin de evitar contribuir a dinamitar nuestros esfuerzos por combatir las injusticias comerciales, beneficiando indirectamente a quienes son responsables en última instancia de las mismas.

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