Vikas Kumar ha visitado recientemente España invitado por Intermón OXfam. Hablamos con él con motivo  de la conferencia que dio en Madrid, en la sede de SETEM.  La entrevista se realizó con la ayuda de la traductora Rosario Romo.

 ¿Cuántos artesanos y artesanas trabajan en Tara?

En Tara trabajan más de mil artesanos, el 40% mujeres y el 60% hombres. Esta diferencia de porcentaje se debe a que hay algunas artesanías que tradicionalmente están en manos de los hombres por ejemplo, el trabajo con piedra o vidrio; en cambio, en joyería hay más mujeres que hombres.

 ¿Qué productos elaboráis?

Hacemos joyería con una piedra llamada “piedra de jabón”. También elaboramos artesanías de madera, metal, hacemos bordados y trabajamos con productos reciclados y con vidrio.

 ¿Cómo nació la organización Tara?

En India existe un concepto de castas. Hay 4 castas: sacerdotes (brahmanes); guerreros, que antiguamente defendieron el territorio; los que se dedican a los negocios y, al final, los dalits o udras, que son los mendigos, los más explotados, quienes han tenido que servir a las otras castas y que nunca les han dado la oportunidad de mejorar su situación. El fundador de nuestra organización, el profesor Sharma, consideró que los dalits (intocables) eran las personas más explotadas de la sociedad, las que más sufrían, y por tanto era necesario hacer algo para mejorar su calidad de vida. Por eso fundó Tara. Su finalidad es proporcionar un salario justo a los trabajadores por su artesanía. Por este motivo entró en contacto con organizaciones de Comercio Justo internacionales.

Es importante destacar que Tara es una organización no confesional, es decir, no distingue entre musulmanes u otras religiones, ni entre las castas. Estamos orgullosos de ello.

 ¿Cómo son las personas que trabajan en Tara?

Son artesanos locales pertenecientes a la casta de los dalits.

Su mayor fortaleza es que tienen una especialidad artesana que se ha trasmitido desde mucho tiempo.

 Nosotros pensamos que es importante salvaguardar estas tradiciones culturales. Por eso hemos querido apoyar a estos trabajadores que muchas veces no podían dar a conocer sus habilidades y acababan dejando la artesanía y yendo a trabajar a las ciudades en puestos mal pagados.

 Hay otra parte de trabajadores que no son artesanos, pero a los que les damos formación. De esta manera han podido dejar trabajos en los que estaban explotados. A través de la formación, desarrollamos la capacidad para que puedan trabajar con nosotros y tener una vida más digna tanto ellos como sus familias.

 Además de la explotación laboral ¿Qué otros problemas sufren los dalits?

Son una población marginada, son los más ignorantes. Los dalits están muy concentrados en pueblos en los que el sistema de castas está mucho más arraigado que en la ciudad, donde ahora ya hay gente que no acepta esta división por castas.

 Las tres castas superiores han monopolizado los recursos y los udras no tenían acceso a otros trabajos que no fueran la limpieza o la agricultura. Además estaban obligados a vivir lejos de las otras tres comunidades, es decir que sus condiciones de vida eran muy duras.

 ¿Cómo beneficia el Comercio Justo a los artesanos y artesanas?

Los productos de Comercio Justo están contribuyendo al desarrollo de los artesanos y a sus familias, pero también al desarrollo social y económico. Permite que los niños puedan acudir al colegio en lugar de trabajar en la agricultura o en otros ámbitos. Favorece la capacitación de las mujeres que antes permanecían encerradas entre las cuatro paredes de su casa y cuyo único papel era cuidar a su familia o participar en la actividad agrícola, pero no tenían acceso a la educación. También facilita el acceso a la salud e, incluso, la protección del medio ambiente. El impacto del Comercio Justo es mucho más amplio que simplemente el aspecto económico.

Una gran diferencia respecto al comercio convencional es su enfoque holístico.

 ¿Quieras comentar algo más?

Me gustaría alentar a los consumidores a que compren Comercio Justo porque nosotros exponemos con toda transparencia y responsabilidad lo que hacemos y cómo mejora la vida de nuestros artesanos en todos los sentidos.

En Nueva Delhi, por ejemplo, hay niños que están trabajando haciendo portavelas o colgantes para los árboles de Navidad. Estos productos no se utilizan en India, pero se fabrican porque hay pedidos que vienen de fuera, de Estados Unidos o de Europa. La gente los compra porque son baratos, sin saber de dónde vienen. Por eso es importante crear conciencia en el consumidor europeo de la importancia de lo que está comprando, que piense qué hay detrás de ese producto.

 En las tiendas de Comercio Justo, la gente puede saber de dónde vienen los productos porque los voluntarios se lo van a explicar.

 Quiero, por último, dar las gracias a todas las personas que de una u otra manera apoyan a estos más de mil artesanos de India y de muchos otros sitios, permitiendo, así, que cambien sus condiciones de vida.

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